Este artículo se publicó hace 16 años.
El nuevo presidente taiwanés pide paz a China en su discurso inaugural
El flamante presidente de Taiwán, Ma Ying-jeou, inauguró hoy una nueva era política en la isla con un llamamiento a la mejorar de los lazos con la rival China, pero sin convertirse en un apéndice político de Pekín.
"El mantenimiento de la paz y estabilidad en el Estrecho de Formosa es nuestro principal objetivo... Hoy se inicia una nueva era de paz", dijo Ma, que busca una rápida mejora de los lazos con Pekín, más estrechas relaciones económicas y un tratado de paz.
Ma quiere negociaciones con Pekín bajo el "acuerdo de 1992", por el que ambas partes reconocen que hay una China pero la definen de modo diferente; además del inicio en julio de los vuelos directos entre ambos territorios, prohibidos desde hace más de 60 años.
"China y Taiwán pueden encontrar un sendero de paz", dijo Ma, quien resaltó el entusiasmo con el que los taiwaneses han procurado ayudar a China en las labores de salvamento del terremoto de Sichuan.
"Taiwán es un faro de democracia en Asia y el mundo... y la única democracia china", subrayó el nuevo presidente, en referencia a la existencia de un partido único en China desde 1949.
Ma, de 57 años hijo de un dirigente del Partido Kuomintang (KMT) llegado a la isla en 1949 con las tropas del generalísimo Chiang Kai-shek, pone fin a ocho años de gobierno del independentista Chen Shui-bian, en los que la tensión con China alcanzó niveles sin precedentes.
El nuevo mandatario isleño defiende la unión con China "en democracia y libertad", pero reconoce que la situación actual no augura la consecución de esta meta en muchos años, lo que exige acuerdos pragmáticos en el interregno.
Ma es consciente de que los electores, al castigar al independentista Partido Demócrata Progresista (PDP), expresaban "su deseo de que mejorara la situación económica y mayor pragmatismo y paz en los lazos con China", señala el politólogo isleño Liu Shih-chung.
La llegada al poder de Ma ha desencadenado grandes expectativas de mejora económica por medio de la llegada de turistas chinos y el estrechamiento de los lazos económicos con el continente, y los taiwaneses esperan el inicio de vuelos directos con China en julio.
No será fácil el acercamiento a China sin hacer concesiones políticas que desencadenen protestas de los independentistas taiwaneses, derrotados electoralmente pero con el apoyo incondicional de un tercio de la población, dicen los expertos.
Mientras Ma, doctor en Leyes por la prestigiosa Universidad de Harvard, tomaba posesión de su cargo, miles de independentistas se manifestaron en las más importantes ciudades de la isla, para dar testimonio de su existencia y romper una lanza más en favor de la separación definitiva de China, nunca promulgada oficialmente.
El primer paso de Ma hacia la mejora de lazos con China es el envío del presidente de su partido, Wu Po-hsiung, a Pekín, del 26 al 31 de mayo, para entrevistarse con el presidente chino, Hu Jintao, y acelerar el inicio de vuelos directos y la llegada de turistas chinos a la isla.
El encuentro entre Wu y Hu constituirá un hito histórico, ya que será la primera entrevista en más de 60 años, entre un jefe del KMT y su homólogo del Partido Comunista Chino (PCCh), después de la guerra civil que enfrentó a los dos partidos en China a mediados del siglo pasado.
China, hasta el momento, ha mostrado una mejora en su actitud hacia Taiwán, aceptando equipos de rescate taiwaneses en la zona del terremoto de Sichuan, además de las visitas del vicepresidente electo, Vincent Siew, y de altos funcionarios del KMT.
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