Las investigaciones complejas, la resolución de casos imposibles y la inteligencia son las señas de identidad de las historias protagonizadas por uno de los detectives más famosos de la historia, Sherlock Holmes. El clásico de Sir Arthur Conan Doyle se ha actualizado a través de la serie británica Sherlock, que ha estrenado la BBC, y que llegará próximamente a la televisión en abierto en España de la mano de Antena 3.

Protagonizada por los actores Benedict Cumberbatch y Martin Freeman en los papeles de Holmes y John Watson, esta producción lleva al investigador y su ayudante al Londres del siglo XXI, con todo lo que ello conlleva: disponen de teléfonos móviles, GPS y toda clase de adelantos tecnológicos que facilitarán sus investigaciones. Lo que no cambiará en esta serie de tres episodios de 90 minutos será el equilibrio perfecto entre la inteligencia de Holmes y el pragmatismo de Watson.

Su estreno en Reino Unido fue seguido por 8,7 millones de espectadores

En esta nueva versión, Watson es un médico, soldado y héroe de guerra que, recién llegado de la guerra de Afganistán, se sumergirá en el mundo que rodea al genio de Sherlock Holmes por casualidad: el detective está buscando compañero de piso. Este será el inicio de la historia de una pareja que tratará de resolver un caso diferente en cada uno de los tres capítulos de esta producción, que en la actualidad vuelve a emitir en España el canal de pago TNT.

En el primero de los episodios, una mujer aparecerá muerta en una casa abandonada. Ella es la cuarta víctima de lo que, a priori, parecen suicidios imposibles. Los casos son tan complicados que ni siquiera el inspector Lestrade, el mejor agente de Scotland Yard, puede resolverlos, por lo que recurrirá al único investigador capaz de hallar todas las respuestas: el solitario y carismático Holmes.

Esta producción ofrece una visión actual del famoso detective

Tras el éxito de Downton Abbey y la compra a la BBC del remake de la serie Arriba y abajo, Sherlock es la tercera producción británica que Antena 3 ha adquirido.

Su estreno en Reino Unido, donde fue premiada como el mejor drama televisivo inglés por la Royal Television Society, fue seguido por 8,7 millones de espectadores y registró un 31% de cuota de pantalla, mientras que en Australia consiguió una media del 29% de share.