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Obama avanza con su plan de reforma sanitaria

Reuters

El presidente de Estados Unidos, Barack Obama, advirtió a los estadounidenses el sábado que no se dejen engañar por "tácticas de amedrentamiento" de las que acusó a sus oponentes de usar, mientras participaba en un acto de apoyo a su campaña de reforma del sistema sanitario del país.

Exponiendo su plan de reforma en un acto parecido a una campaña en Minnesota tres días después de dirigirse a una sesión conjunta en el Congreso, Obama quería mantener la presión sobre sus compañeros demócratas y sobre los republicanos para avanzar con su principal prioridad nacional.

"El momento de los juegos se acabó. Ahora es el momento de la acción", dijo Obama a una multitud de más de 10.000 personas en el estadio Target Center.

Mientras tanto cientos de miles de oponentes conservadores marchaban en la capital del país contra su iniciativa de reforma sanitaria, argumentando que se sumaba a una toma del poder por parte del Gobierno y que llevaba a la nación hacia el socialismo.

Obama había sido criticado incluso por algunos simpatizantes por hacer muy poco para vender su plan a un público escéptico, al tiempo que sus índices de aprobación caían. Actualmente, el mandatario está usando todo su peso político para presionar para la reforma de la industria de la salud, de 2,5 billones de dólares.

Su éxito o fracaso podría fijar el tono para el resto de su mandato.

Obama dijo estar abierto a las "diferentes ideas" de todo el espectro ideológico, pero criticó duramente a sus oponentes.

"Hemos oído tácticas de amedrentamiento en vez de un debate honesto", dijo.

Instó a los estadounidenses a no prestar atención a "historias de terror" acerca de cómo los beneficios del Medicare disminuirían bajo su esfuerzo de reforma de salud.

SUPERANDO EL ESCEPTICISMO

Muchos estadounidenses ven con cautela la necesidad de una reforma del sistema sanitario porque están asegurados a través de sus empleadores, y Obama ha dicho en repetidas ocasiones que su programa no les obligaría a cambiar sus planes ni sus médicos.

Sin embargo, las encuestas indican que muchos están preocupados por la reforma porque no creen que saldrían beneficiados de un programa del Gobierno para asegurar que todos los ciudadanos tengan cobertura de salud accesible, y les preocupa que pudiera elevar el déficit estadounidense y los impuestos.

la "opción pública" - que es parte del plan de Obama.

Su discurso frente al Congreso fue su defensa más firme para la salud hasta ahora y obtuvo buenas críticas de la prensa, aunque pareció haber cambiar pocas posturas en el Congreso. Intenta no sólo ganar el apoyo de los republicanos sino también de los conservadores de su propio partido, que controla el Congreso.

como algunos republicanos han reclamado repetidamente.

El plan costaría 900.000 millones de dólares a lo largo de 10 años, según Obama, sin incrementar el déficit del presupuesto. Pero sus detractores insisten no ha entregado detalles suficientes sobre cómo sería financiado.

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