Este artículo se publicó hace 15 años.
Obama exige esfuerzos a la banca
El presidente de EEUU pide a los banqueros que abran el grifo de los créditos y que "recapaciten sobre su actuación" con las empresas
Se acabó la hora del Gobierno, es la hora de los bancos. Así se podría resumir la reunión que hoy ha mantenido el presidente de Estados Unidos, Barack Obama, con los principales directivos de la banca de Wall Street y en la que les ha exigido "un esfuerzo extraordinario" para contribuir a la recuperación económica.
En una situación de crisis, con una tasa de desempleo del 10%, y después de las ayudas de rescate promovidas por la Administración Obama para solventar la mala gestión de los banqueros, cuyos jugosos bonos anuales han provocado un escándalo mundial, el presidente estadounidense espera que las entidades bancarias abran de nuevo el grifo de la financiación empresarial.
Los llamados por Obama "peces gordos" (fat cat bankers) que asistieron a la reunión son el presidente de American Express, Ken Chenault, el de JP Morgan Chase, Jamie Dimon, el de Bank of America, Ken Lewis, y el de Wells Fargo, John Stumpf, así como el vicepresidente de Goldman Sachs, Gregory Palm. El presidente de este último grupo, Lloyd Blankfein, no ha podido asistir, como tampoco lo han podido hacer el de Morgan Stanley, John Mack, y el de Citigroup, Dick Parsons, por "inclemencias del tiempo". Aún así, según ha informado la Casa Blanca, se conectaron por teléfono.
Obama pidió a los bancos "que recapaciten" sobre su actuación con "pequeños y medianos negocios". Esta petición suena más a exigencia después de que el presidente estadounidense se refiriera a la "asistencia extraordinaria con dinero del contribuyente" que recibieron los bancos para su rescate.
Muchos de los grandes bancos ya han devuelto la cantidad invertida por el Gobierno, cuyo plan de rescate ascendió a los 700.000 millones de dólares, como Bank of America y JP Morgan que recibieron 4.500 millones y 25.000 millones respectivamente. Citigroup, por su parte, también anunció la devolución de los 20.000 millones de dólares recibidos desde 2008.
La queja de Obama tiene su razón de ser en que 22 de los principales bancos rescatados han recortado la financiación a los pequeños negocios en más de 10.000 millones de dólares en los últimos seis meses. La respuesta de los banqueros es que muchos de sus clientes no tienen la solvencia necesaria para que puedan ser beneficiarios de la financiación que piden.
Estas palabras llegan en uno de los momentos más delicados en cuanto a popularidad se refiere para el actual inquilino de la Casa Blanca desde que llegara al poder hace casi un año, con sólo un 49% de aprobación.
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