Este artículo se publicó hace 15 años.
Obama, indignado con el pago de primas en AIG
El presidente de Estados Unidos, Barack Obama, expresó el lunes su indignación por las altas primas pagadas a los principales directivos de la aseguradora AIG y ordenó a su secretario del Tesoro hacer todo lo legalmente posible para impedirlas.
AIG ha sobrevivido gracias al dinero de los contribuyentes, ya que recibió hasta 180.000 millones de dólares de un rescate estatal. Y actualmente está pagando 165 millones de dólares (unos 127 millones de euros) en primas.
"Ésta es una corporación que se encontró con el desastre financiero debido a la imprudencia y la codicia", afirmó Obama.
"Bajo estas circunstancias, es difícil entender cómo los gestores de derivados en AIG justificaron cualquier prima, mucho menos 165 millones de dólares en pagas extras", agregó en la Casa Blanca.
"¿Cómo justifican ellos este escándalo a los contribuyentes que están manteniendo la empresa a flote?", añadió.
Obama señaló que le ha pedido a su secretario del Tesoro, Timothy Geithner, que busque "cualquier vía legal" para evitar las primas.
El consejero delegado de AIG, Edward Liddy, dijo en una carta a Geithner que la aseguradora estaba obligada a completar los pagos de 2008 retenidos a los empleados, pero que había acordado reestructurar su sistema para las primas en el futuro.
Obama señaló que una reforma completa de la regulación financiera es vital para asegurar que esto no vuelva a ocurrir.
El presidente dijo que el Gobierno necesita "de algún tipo de mecanismo de resolución para tratar con instituciones financieras en problemas, para que tengamos más competencias para proteger a los contribuyentes estadounidenses y a nuestro sistema financiero en casos como éste".
Tras detenerse para toser, Obama dijo estar "atragantado por la rabia".
"No tenemos todas (...) las atribuciones reguladoras que necesitamos. Y esto es algo en lo que espero trabajar con el Congreso para afrontarlo en las próximas semanas o meses", añadió.
MOMENTO DE DESPIDOS
Barney Frank, preside el Comité de Servicios Financieros en la Cámara de Representantes, dijo el lunes que sería el momento para despedir a algunos empleados de AIG.
En medio del creciente escándalo por los 165 millones de dólares en primas que pagó AIG a sus ejecutivos, Frank comentó que los directivos de la firma "pueden tener el derecho a sus primas pero no tienen derecho a conservar sus empleos eternamente".
"El Gobierno federal es ahora el dueño de un 80 por ciento (de AIG)", recalcó Frank. "Estas primas están yendo a las personas que arruinaron las cosas enormemente (...) Dado que el Gobierno federal (...) ahora esencialmente es dueño de la firma, tal vez es hora de despedir a algunos".
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