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Obama, inesperado ganador del Premio Nobel de la Paz

Reuters

El presidente de Estados Unidos, Barack Obama, ganó el viernes el Premio Nobel de la Paz, en una sorprendente decisión que honró al mandatario más por sus promesas que por sus logros, provocando duras críticas y elogios a nivel mundial.

La noticia del galardón, que es uno de los premios más importantes del mundo y se entrega a un mandatario que lleva menos de nueve meses en el poder, fue recibida con exclamaciones de estupefacción por parte de los periodistas que esperaban su anuncio en Oslo.

Obama dijo sentirse halagado y poco merecedor del elogio de estar a la par con "figuras de cambio" en la historia, que han ganado el premio en años anteriores.

"No veo esto como un reconocimiento a mis propios logros sino más bien como una afirmación al liderazgo americano en nombre de las aspiraciones de la gente en todas las naciones", expresó en el Jardín de las Rosas de la Casa Blanca. "Aceptaré este premio como una llamada a la acción", agregó.

El Comité Noruego del Nobel alabó a Obama por "sus extraordinarios esfuerzos para fortalecer la diplomacia internacional y la cooperación entre los pueblos", destacando su nuevo impulso para el desarme nuclear y su acercamiento al mundo musulmán.

Obama ha sido reconocido ampliamente por mejorar la imagen internacional de Estados Unidos tras los ocho años de mandato de George W. Bush, que distanció tanto a aliados como a enemigos por políticas unilaterales como la invasión a Irak, liderada por el país norteamericano en 2003.

Sin embargo, los críticos indicaron que la decisión del comité es prematura, dado que Obama ha realizado pocos progresos tangibles, mientras intenta resolver desafíos que van desde la guerra en Afganistán y el conflicto palestino israelí hasta los estancamientos nucleares con Irán y Corea del Norte.

La Casa Blanca no sospechaba que el mandatario sería el ganador del Nobel. El secretario de prensa de Obama le despertó con la noticia antes del amanecer y ahora el presidente deberá llevar la carga de estar a la altura de las expectativas.

El primer presidente negro de Estados Unidos, de 48 años, ha luchado para resolver un gran número de problemas en política exterior heredados de la Administración anterior, mientras intenta asumir posturas más multilaterales que Bush.

A pesar de problemas en casa que incluyen una debilitada economía que has afectado sus índices de aprobación, el presidente demócrata de Estados Unidos aún es considerado a nivel mundial como una figura edificante.

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