Este artículo se publicó hace 15 años.
Obama pide responsabilidad pero asegura que "nos recuperaremos" de la crisis
El presidente de Estados Unidos, Barack Obama, apeló ayer a la paciencia y la responsabilidad de ciudadanos y legisladores para salir de la crisis económica pero aseguró que "nos recuperaremos" y su país será "más fuerte que antes".
En su primer discurso ante el Congreso, Obama, que habló por más de 50 minutos, afirmó que "ha llegado el momento de abrir los ojos y responsabilizarnos de nuestro futuro".
En lo que ha sido una constante de su primer mes de mandato, la economía tuvo un papel de absoluto protagonismo en la alocución del presidente, que fue acogido con una gran ovación a su llegada y se vio interrumpido por numerosos aplausos a lo largo de su exposición.
En momentos en los que casi cada noticia económica es mala en Estados Unidos, Obama quiso lanzar un mensaje de optimismo muy necesario entre una población desmoralizada.
"Aunque vivimos tiempos difíciles e inciertos, esta noche quiero que cada estadounidense lo sepa: reconstruiremos, nos recuperaremos y Estados Unidos resurgirá más fuerte que antes", sostuvo.
El presidente también lanzó un llamamiento a la población para que adopte la responsabilidad que le corresponde.
"Ha llegado el momento de actuar con osadía y sensatez, para no solo revivir esta economía, sino también erigir unos nuevos cimientos para una prosperidad duradera", declaró, flanqueado del vicepresidente Joe Biden y la presidenta de la Cámara de Representantes, Nancy Pelosi.
El presidente, con unos altos índices de popularidad en las encuestas, promovió su programa económico como remedio para la crisis. Enumeró así el plan de estímulo promulgado la semana pasada y el plan de rescate del sistema financiero, y pidió al Congreso que le presente propuestas para reformar el sistema regulador.
No se abstuvo de arremeter, de manera muy poco disimulada, contra la política económica de su predecesor, George W. Bush, del que hereda "un déficit de un trillón de dólares, una crisis financiera y una recesión muy costosa".
Buena parte del discurso estuvo dedicada a adelantar, a grandes pinceladas, los principios de su propuesta de presupuesto, que presentará al Congreso el jueves.
Ese presupuesto, indicó, contendrá partidas para promover sectores imprescindibles a largo plazo, como la energía, la salud o la educación. También contendrá un aumento de sueldo para los militares.
Pero, advirtió que ha prometido recortar a la mitad en cuatro años el déficit fiscal de 1,3 billones de dólares.
Los legisladores, tanto demócratas como republicanos, y él mismo, tendrán que "sacrificar algunas prioridades muy meritorias para las que no hay dinero".
Sí adelantó, por ejemplo, recortes en áreas como la guerra de Irak, que permitirán ahorrar dos billones de dólares en diez años. Según indicó, próximamente propondrá una vía para la retirada "responsable" del país árabe.
La política exterior, empero, quedó en un segundo plano. Obama, que reservó sus anuncios en el ámbito internacional para el futuro, se limitó a ofrecer algunas pinceladas en las que prometió "una nueva era de implicación" estadounidense en el mundo.
Para asistir al discurso en la Cámara de Representantes se había dado cita todo el que es alguien en Washington: Los legisladores en pleno, así como seis de los nueve jueces del Tribunal Supremo, o el presidente de la Reserva Federal, Ben Bernanke.
También estaba Chesley Sullenberger, el piloto que salvó la vida de sus pasajeros al aterrizar sobre el río Hudson en Nueva York tras perder los motores de su avión.
O, por invitación personal de la primera dama, Michelle Obama, que compareció con un vestido sin mangas azul, el banquero Leonard Abess, el presidente de un banco de Miami que repartió entre casi 500 personas el bono de 60 millones de dólares que recibió de Caja Madrid cuando el grupo español compró su entidad financiera.
El momento más emotivo, quizás, se produjo antes siquiera de que Obama comenzara a hablar: fue el abrazo que le dio a la jueza del Supremo Ruth Bader Ginsburg, recién operada de un cáncer de páncreas y que, recién incorporada al trabajo, no quiso perderse el evento.
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