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Obama presiona por progresos políticos en su viaje a Irak

Reuters

El presidente estadounidense, Barack Obama, presionó el martes a las facciones de Irak enfrentadas para que cedan, expresando algo de impaciencia cuando dijo que los iraquíes debían asumir la responsabilidad de su propio país para que las tropas estadounidenses puedan irse.

Obama viajó a Bagdad para reunirse con comandantes estadounidenses y líderes iraquíes, y evaluar por sí mismo la situación de seguridad dentro de su nueva estrategia sobre la guerra de seis años a la cual él se opuso.

"Es tiempo de que nosotros hagamos la transición hacia los iraquíes. Deben asumir la responsabilidad de su país (...) para hacer eso deben lograr acuerdos políticos", dijo Obama ante unos 1.500 soldados en una base en las afueras de Bagdad.

La visita de Obama, su primer viaje a Irak desde que asumió el cargo, estuvo envuelta en el secreto habitual que ha rodeado viajes similares de su predecesor George W. Bush, cuya política exterior fue definida por la impopular guerra que lanzó en 2003 contra el entonces presidente iraquí Sadam Husein.

En una reunión con el primer ministro iraquí Nuri al Maliki, Obama reconoció que se habían realizado reformas políticas, pero dijo que hacía falta más trabajo.

Obama dijo después de sus conversaciones con Maliki que había habido enormes progresos en seguridad y que mantendría su plan de retirar todas las tropas estadounidenses para 2011.

Dijo a los periodistas que era "absolutamente crítico para todos los iraquíes estar integrados adecuadamente ien el Gobierno y las fuerzas de seguridad, añadiendo que quería trabajar con Maliki en un "espíritu de compañerismo".

Expertos en Irak temen que si no se dan los pasos para resolver las disputas entre los bloques políticos de suníes, chiíes y kurdos, los recientes avances en seguridad, en parte logrados por un aumento de las tropas estadounidenses en los últimos dos años, podrían retroceder.

Por razones de seguridad, la visita no fue divulgada de antemano y fue conocida sólo después de que el Air Force One, en vuelo desde Estambul donde estaba programado que finalizara su primera gran gira internacional, había aterrizado en el aeropuerto internacional de Bagdad.

El mandatario llegó a Bagdad un día después de que una serie de ataques aparentemente coordinados en la capital dejaron 37 muertos. El martes, nueve personas murieron y 20 resultaron heridas por la explosión de un coche bomba en el distrito chiíta de Kadhimiya, en el noroeste de Bagdad, según la policía.

Bajo la nueva estrategia de Obama para la guerra en Irak, anunciada en febrero, el contingente de alrededor de 140.000 soldados estadounidenses que está actualmente en Irak será reducido para agosto de 2010 a entre 35.000 y 50.000, un número que críticos consideran aún muy elevado.

La misión de los que se quedarán desde entonces será redefinida principalmente para ayudar al entrenamiento de fuerzas iraquíes. El resto de los soldados dejará Irak a fines del 2011.

"Estos próximos 18 meses van a ser un período crítico", dijo Obama al referirse a la fecha tope de agosto de 2010 para la retirada de las tropas de combate.

"Serán críticos en términos de lo que nosotros podamos hacer para estar seguros de la estabilidad en Irak, que no sea un refugio seguro para terroristas, y así nosotros podamos comenzar a llevar a nuestra gente a casa", agregó ante los soldados reunidos en Camp Victory, una base de Estados Unidos cercana al aeropuerto.

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