Este artículo se publicó hace 14 años.
Obama propone trocear los grandes bancos para acabar con sus abusos
"Nunca más seremos rehenes de un banco demasiado grande para caer", dice el presidente de EEUU
Isabel Piquer
Nueva andanada contra Wall Street. Barack Obama lanzó ayer su enésimo ataque frontal contra los bancos, al proponer una iniciativa que limita en tamaño y margen de acción a las principales instituciones del país, y cuya previsible consecuencia directa será el troceamiento de las grandes entidades. El anuncio ilustra una vez más la voluntad del presidente estadounidense de luchar contra los excesos de su élite financiera.
Si el Congreso aprueba el nuevo plan (que sólo se dio a conocer a grandes rasgos), las grandes instituciones financieras tendrán que elegir entre su actividad de gestión de depósitos y la inversión por cuenta propia. De esta manera, los que se quieran dedicar al negocio bancario tradicional no podrán "poseer, invertir o patrocinar" fondos de riesgo (hedge funds) o fondos de capital privado para su propio beneficio, ni especular en bolsa con su propio dinero.
La banca tendrá que elegir entre ser inversora o gestora de dinero
Para evitar que los bancos crezcan demasiado, hasta el punto de convertirse en un riesgo para todo el sistema, el mandatario propuso también limitar el aumento excesivo de la cuota de mercado de los pasivos de las grandes entidades financieras.
"Los contribuyentes norteamericanos nunca más serán rehenes de un banco demasiado grande para caer", dijo Obama.
Caídas en las bolsasLa reacción de Wall Street no se hizo esperar. Al conocerse la noticia, las bolsas mundiales cayeron con fuerza, arrastradas por el desplome de los principales valores bancarios. En Europa, las entidades más perjudicadas fueron las británicas Royal Bank of Scotland (-7,05%), Barclays (-5,93%) y Santander (-4,22%). En Estados Unidos, las cotizaciones de los bancos también rondaron inicialmente bajadas del 7%, pero al cierre de la jornada las caídas se atenuaron ligeramente.
Desde la crisis, explicó Obama, el Gobierno "ha actuado como garante de los bancos para que puedan seguir operando; lo hemos hecho porque un sistema fiable y estable garantiza el crecimiento económico y porque hemos aprendido el peligro que supone el fallo del sistema".
Habrá también límites adicionales al tamaño de las entidades
Pero, añadió el presidente y ahí se le notó el enfado, "estos privilegios no se otorgaron para que los bancos pudieran operar fondos de riesgo con ventaja. Cuando los bancos cuentan con la seguridad del dinero público, que incluye capital a bajo coste, no es para que hagan beneficios con este dinero barato. Sobre todo cuando este tipo de negocios crea un conflicto directo con los intereses de sus clientes". Obama habló incluso de "irresponsabilidad" al referirse a la vuelta de los bancos a las prácticas del pasado.
De ahí que la Casa Blanca siguiera las recomendaciones de Paul Volcker, el principal sabio financiero de Obama y ex director de la Reserva Federal en los años ochenta, o como dijo el presidente durante el anuncio oficial "este tipo tan alto que está detrás de mi". "Este tipo de operaciones pueden crear enormes riesgos", dijo Obama, y "no podemos aceptar un sistema en el que los fondos de alto riesgo o las operaciones bursátiles de los bancos apuesten masivamente con dinero del contribuyente". Aunque casi todas las entidades que se beneficiaron del apoyo público devolvieron los préstamos preferenciales a finales del pasado año. La Casa Blanca ha visto con estupor cómo los bancos siguen prefiriendo beneficios a corto plazo antes que ayudar a la actividad económica con una política de préstamos más abierta.
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