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Obama trae a Europa su agenda contra la crisis

Reuters

El presidente de Estados Unidos, Barack Obama, viaja el martes a Europa con una abultada agenda para afrontar la crisis económica y buscar apoyo para su nueva estrategia en Afganistán, en una visita que pondrá a prueba su liderazgo mundial.

En su primer viaje largo al extranjero desde que asumió el cargo en enero, Obama cambiara el foco de su discurso a la arena económica internacional y la diplomacia tras un período de fuerte énfasis en temas nacionales.

Obama partió el martes a Londres, donde el jueves asistirá a la cumbre del G-20. Luego se desplazará a la frontera entre Francia y Alemania para la cumbre de la OTAN antes de acudir a la República Checa y Turquía.

Su agenda incluye reuniones con los líderes de España, Rusia y China, entre otras naciones.

El demócrata espera sacar provecho de su muestra de buena voluntad por el cambio de políticas y estilo respecto a su predecesor, el republicano George W. Bush, que fue impopular en el extranjero.

Los analistas creen que el entusiasmo generado por Obama entre la opinión pública europea dará un tono positivo a sus reuniones con aliados como el primer ministro británico, Gordon Brown, el presidente francés, Nicolas Sarkozy, y la canciller alemana, Angela Merkel.

Pero la cálida recepción personal a Obama podría no despejar el camino a sus intenciones de alentar a los aliados europeos a gastar más para rescatar la economía mundial y ofrecer más tropas y recursos para la guerra de Afganistán.

"Obviamente tiene mucho carisma y es su primera gran reunión. Creo que la gente tiende a ser muy educada en estas situaciones pero también podría haber un cierto nivel de dificultades", opinó Simon Johnson, ex economista jefe del FMI que ahora es profesor en el Instituto Tecnológico de Massachusetts.

Uno de los temas será la opinión imperante en muchos países de que Estados Unidos es en gran parte responsable de la crisis económica por su laxa regulación financiera y la burbuja hipotecaria que creó.

UNA SERIE DE PROPUESTAS

Obama ha buscado distanciarse de la política regulatoria de la era Bush. Llegará a la cumbre del G-20 con una serie de propuestas para una nueva supervisión de los fondos de cobertura y para dar al Gobierno más poderes para negociar con firmas económicas con problemas consideradas "demasiado grandes para caer".

"Debería llegar y decir que él no tiene la culpa de nada y que está tratando de resolverlo lo más rápido que puede", dijo Johnson.

Pero la sombra de la culpa que se cierne sobre Estados Unidos es una de las razones para que los europeos se muestren reacios a seguir su ejemplo y buscar grandes planes de estímulo fiscal como el paquete de recuperación por 787.000 millones de dólares, añadió.

Colaboradores de la Casa Blanca buscaron manejar las expectativas previas a la cumbre del G-20, diciendo a los periodistas que Washington no pretende necesariamente que los países gasten más dinero de inmediato.

P.J. Crowley, un ex funcionario en la Casa Blanca bajo la presidencia de Bill Clinton, sostuvo que Obama tendrá aún un período de luna de miel con sus colegas europeos. Pero, al igual que en la cumbre del G-20, podría encontrar resistencia en la reunión de la OTAN para recibir apoyo para Afganistán.

"Dado que es popular y que no es George W. Bush, los líderes europeos tendrán interés en que se vea como un primer encuentro exitoso", dijo Crowley, que ahora trabaja en el grupo de expertos Center for American Progress.

La mejora del tono "no resuelve necesariamente que Afganistán es una situación muy compleja" y persuadir a los aliados europeos a destinar más recursos a una guerra en un momento de crisis económica será difícil, resaltó.

En la cumbre de la OTAN en Estrasburgo, Francia, los líderes celebrarán el 60 aniversario de la alianza trasatlántica. En un movimiento que simbolizará el acercamiento entre Francia y Estados Unidos, París se volverá a reincorporarse al mando militar de la alianza tras décadas de un exilio voluntario.

Obama aprovechará la cumbre de la OTAN para dar más explicaciones sobre la estrategia que develó esta semana para Afganistán, que da un gran protagonismo también a Pakistán y cuyo principal objetivo es eliminar a los militantes talibanes y de Al Qaeda.

El mandatario del país norteamericano anunció que enviará 4.000 soldados estadounidenses para ayudar a entrenar a tropas afganas y sumará más personal civil, pero también quiere que sus socios en la OTAN destinen más recursos.

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