Este artículo se publicó hace 15 años.
Obama y Lee instan a Corea del Norte a finalizar su provocación
El presidente de Estados Unidos, Barack Obama, y su homólogo surcoreano urgieron el jueves a Corea del Norte a que regrese a las negociaciones nucleares suspendidas y dijeron que ya es hora de que el estado comunista ponga fin a un patrón de conducta provocadora.
Obama y el presidente Lee Myung-bak también acordaron impulsar la aprobación de un pacto bilateral de libre comercio que aún debe ser ratificado por ambos países, dos años después de su firma.
"Lo que quiero enfatizar es que el presidente Lee y yo acordamos romper el patrón que ha existido en el pasado, en el que Corea del Norte se comporta de manera provocadora y después está dispuesto a volver a negociar (...) y eso lleva a más concesiones", declaró Obama.
Lee, de pie junto a Obama en una conferencia de prensa después de su reunión bilateral en Seúl, dijo que Corea del Norte podría contar con una importante ayuda económica si renuncia a sus ambiciones de armamento nuclear.
"Espero que al aceptar nuestra propuesta, Corea del Norte garantice por sí misma su seguridad, mejore la calidad de vida de su pueblo, y abra un camino a un nuevo futuro", dijo Lee.
Pyongyang agitó la seguridad regional antes de la primera visita de Obama a Seúl desde que asumió el cargo al protagonizar una escaramuza naval con Corea del Sur y diciendo al mundo este mes que había producido más plutonio para armas.
Estados Unidos, Corea del Sur y Japón han aumentado la presión sobre el empobrecido Estado comunista al bloquear sus líneas de financiación para obligarlo a volver a las negociaciones a seis bandas sobre su programa nuclear.
Obama dijo que la puerta está abierta para resolver la disputa nuclear y que el enviado especial Stephen Bosworth viajará el 8 de diciembre a Pyongyang para sostener conversaciones, pero Washington está determinado a no distraerse por "asuntos secundarios" planteados por Corea del Norte.
Obama volará de regreso a su país a lo largo del día después del tramo menos problemático de una visita de una semana a Asia que incluyó un paso por China, donde a duras penas maquilló las divisiones sobre comercio, política cambiaria y Tíbet.
Miles de surcoreanos se congregaron en las calles del centro de Seúl para ver el paso de la caravana de vehículos de Obama, a diferencia de China, donde hubo poco interés popular por la visita.
El asunto más complejo entre Washington y Seúl es su acuerdo de libre comercio, que según analistas podría incrementar el intercambio anual entre ambos países en unos 20.000 millones de dólares, desde los 83.000 millones actuales.
"El presidente Obama y yo confirmamos nuevamente la importancia económica y estratégica del acuerdo de libre comercio entre nuestros países y acordamos trabajar para su avance", sostuvo Lee.
Corea del Sur insiste en que no renegociará el acuerdo, el mayor pacto comercial para Washington desde el acuerdo del NAFTA de mediados de la década de 1990 con sus vecinos norteamericanos.
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