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Obama y McCain se enfrentan al veredicto de los votantes de EEUU

Reuters

Por John Whitesides

El demócrata Barack Obama y el republicano John McCain se enfrentan el martes a la decisión de los votantes estadounidenses tras una larga y amarga campaña para llegar a la Casa Blanca, con el primero manteniendo una decisiva ventaja en las encuestas nacionales.

Se espera que al menos 130 millones de estadounidenses voten al sucesor del impopular presidente republicano George W. Bush y fijen el rumbo para los próximos cuatro años en temas como la crisis económica, las guerras en Irak y Afganistán, una revisión del sistema sanitario y otros asuntos.

Los centros de votación estaban abiertos en más de la mitad del país y comenzarán a cerrar en partes de los estados de Indiana y Kentucky a las 18:00 hora del este de Estados Unidos (23:00 GMT). En los otros 48 estados, los comicios irán cerrando paulatinamente en las siguientes seis horas.

Obama, de 47 años, está cumpliendo su primer mandato como senador por Illinois y podría convertirse en el primer presidente negro de Estados Unidos. Las encuestas de opinión indican que supera a McCain en un número suficiente de estados para obtener más de los 270 delegados electorales que necesita para ganar.

Una victoria de McCain, que tiene 72 años, haría de él el presidente de más edad al comenzar un primer mandato y convertiría a Sarah Palin en la primera mujer en alcanzar la vicepresidencia de Estados Unidos.

"Los eruditos nos han dado por muertos como ya lo hicieron antes", dijo el senador por Arizona en Roswell, Nuevo México. "Puede que no lo sepan, pero el 'Mac' ha vuelto. Vamos a ganar estas elecciones", agregó.

Obama fue el ganador en Dixville Notch, New Hampshire, la pequeña ciudad que tradicionalmente abre la votación justo después de la medianoche. Se impuso por 15 votos a seis de McCain, convirtiéndose en el primer demócrata en vencer allí desde Hubert Humphrey en 1968.

El candidato demócrata, que votó por la mañana en Chicago acompañado de su mujer, aprovechó los últimos momentos de campaña para acusar otra vez a McCain de representar un tercer mandato para las políticas de Bush y estar peligrosamente fuera de forma en temas económicos.

"Cuando se trata de economía, la verdad es que John McCain ha estado junto al presidente Bush en cada paso que dio", dijo ante 90.000 simpatizantes en su mitin final en Manassas, Virginia, un estado que los demócratas no ganan en unas presidenciales desde 1964 pero donde en los sondeos se impone el demócrata.

HASTA EL FINAL

Se estimaba que casi 31 millones de votantes han votado de manera anticipada, como permiten 34 de los 50 estados del país. Pero los canales de televisión mostraban largas filas de personas esperando para votar en estados clave, incluyendo Pensilvania, Ohio y Virginia.

Ambos candidatos dejaron a un lado la tradición y planeaban continuar con la campaña durante el día de las elecciones.

Las encuestas muestran a Obama superando o empatando con McCain en al menos ocho estados conquistados por Bush en 2004, incluidos Ohio y Florida, considerados los grandes premios de la elección. Además tiene una cómoda ventaja en todos los estados ganados entonces por el demócrata John Kerry.

como Virginia, Colorado, Indiana y Carolina del Norte - posiblemente impulsaría a Obama hacia la Casa Blanca.

El demócrata se puso al frente de la carrera el mes pasado mientras la crisis financiera reforzaba su percibida fortaleza en la economía, y después de tres debates en los que su firme actuación pareció reducir las dudas que aún persistían en algunos votantes.

Por el contrario, McCain se ha esforzado por distanciarse de Bush en un complejo escenario político para los republicanos, que intentan conservar la Casa Blanca por un tercer período consecutivo.

También se prevé que los demócratas amplíen sus mayorías en ambas cámaras del Congreso. Para ello necesitan obtener nueve escaños adicionales en el Senado y alcanzar una mayoría de 60 representantes, que les permitiría superar los obstáculos formales presentados por los republicanos para dilatar los proyectos parlamentarios.

Esto aumentaría la presión sobre los demócratas para cumplir sus promesas de campaña de poner fin a la guerra en Irak, eliminar los recortes de impuestos de Bush para los más ricos, y una reforma del sistema de salud que mantiene a 47 millones de estadounidense sin cobertura.

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