Este artículo se publicó hace 15 años.
Obiang espera una gran victoria electoral en Guinea Ecuatorial
El presidente de Guinea Ecuatorial, Teodoro Obiang Nguema, espera una victoria arrolladora en las elecciones del domingo, quitándose de encima la preocupación por la situación de los derechos humanos en su intento de convertir el país centroafricano en uno de los grandes de la energía.
Obiang, de 67 años, lleva en el poder desde el golpe de Estado de 1979 y los analistas creen que los resultados oficiales podrían incluso mejorar su rotundo éxito del 97,1% de los votos de 2002, cuando los rivales se retiraron alegando hostigamiento.
El país es uno de los menos transparentes del continente y se enfrenta a críticas por su historial democrático y por el hecho de que miles de millones de petrodólares aún no han mejorado la vida de la mayoría de su población de alrededor de 650.000 habitantes.
"Es poco probable que las elecciones cambien la situación actual en Guinea Ecuatorial. Obiang se ha asegurado la victoria, quizás incluso aumente su porcentaje del 97,1% de 2002", dijo el analista Kissy Agyeman-Togobo de IHS Global Insight.
El propio Obiang dijo a sus seguidores en la campaña que confiaba en mejorar su victoria de 2002, según informaciones de los medios esta semana. En las elecciones parlamentarias de 2008, el partido gobernante logró 99 de los 100 escaños de la asamblea.
"No hay oposición creíble de la que hablar, dada la hegemonia del (partido gobernante) PDGE", añadió Agyeman-Togobo.
Un puñado de candidatos concurrirán contra Obiang y el Gobierno dice que eso demuestra su compromiso con la democracia y con unos comicios libres y limpios, puesto que se les financió la campaña y se les dio un tiempo en televisión.
"Nuestro país está inmerso en ambiciosas reformas y garantizar un proceso electoral abierto es un paso importante en nuestro progreso", dijo el ministro de Asuntos Exteriores, Pastor Micha Ondo Bile, en un comunicado.
DE MALABO A MALIBÚ
Sin embargo, debido a la negativa gubernamental a hacer públicas las listas de votantes y al hecho de que sólo dos de los cuatro rivales de Obiang en realidad se oponen a él, el grupo Human Rights Watch (HRW) cuestiona la credibilidad de las elecciones.
"Sus acciones (de Obiang) una y otra vez son las de un dictador decidido a mantenerse en el poder y el control del dinero del petróleo del país", dijo Arvind Ganesan, de HRW, alegando acoso a la oposición, el dominio de los medios de comunicación estatales y las restricciones a los observadores electorales.
La producción de petróleo ha caído a 250.000 barriles al día, frente a los más de 350.000 alcanzados en esta década en algunos de los campos más maduros.
Las empresas de EEUU, como Exxon Mobil, han dominado el sector hasta ahora, pero Guinea Ecuatorial ha captado la atención de las empresas de energía europeas y espera duplicar sus exportaciones de gas natural dentro de cinco años.
A pesar de su firme control del país, Obiang se ha enfrentado a numerosas amenazas desde el exterior, incluyendo un intento de golpe en 2004 a manos de unos mercenarios dirigidos por el agente de las fuerzas especiales británicas Simon Mann. A principios de este año, un grupo de hombres armados atacaron su palacio desde el mar.
Los analistas dicen que una vez que Obiang sea reelegido, es probable que el debate derive en quién le sucederá, posiblemente antes de que se cumplan los siete años de mandato.
"Puede que incluso veamos algún de lucha política dentro del partido", dijo Agyeman-Togobo de IHS, señalando que Obiang parece favorecer a su hijo mayor, Teodorín, como sustituto.
Teodorín, oficialmente un ministro del gobierno con un salario de unos cuantos miles de dólares al mes, ha estado en el centro de una reciente tormenta mediática internacional por su estilo de vida en EEUU, donde posee una mansión de 35 millones de dólares en Malibú, California.
Un informe aparecido este mes del grupo pro derechos humanos Global Witness, que supuestamente está basado en un filtración de las autoridades estadounidenses, afirmaba que Teodorín se había gastado el equivalente al doble del presupuesto sanitario del país para 2005 durante el periodo 2004-2007 en la casa, un avión privado y una flota de coches.
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