Este artículo se publicó hace 16 años.
Los obispos apoyan "que se busque y honre a todos los muertos" de la Guerra Civil
Entre estas víctimas se encuentran "muchos de los mártires beatificados", según el portavoz de la Conferencia Episcopal.
El portavoz y secretario general de la Conferencia Episcopal Española (CEE), monseñor Juan Antonio Martínez Camino, aseguró este miércoles que la Iglesia española desea y apoya que "se honre a todos los muertos" de la Guerra Civil y el franquismo, porque "todos los muertos merecen ser honrados".
Por su parte, el presidente del Gobierno, José Luis Rodríguez Zapatero, volvió a defender una idea que ya lanzó el 20 de noviembre: "Recordemos a las víctimas, permitamos que recuperen los derechos que no han tenido y arrojemos al olvido a aquellos que promovieron esa tragedia en nuestro país. Esa será la mejor lección, hagámoslo unidos".
Durante la rueda de prensa con motivo de su reelección al frente de la Secretaría General de la CEE, Martínez Camino mostró el apoyo del Episcopado "a que se busque y honre a todos los muertos que quieran ser buscados libremente por sus seres queridos", y recordó que entre éstos se encuentran "muchos de los mártires beatificados". "Todos los muertos merecen ser honrados", agregó el portavoz de los obispos españoles, que, en referencia a los mártires beatificados el año pasado, dijo que la Iglesia les honra "porque tiene la obligación de hacerlo". "No es algo que se inscriba en un programa político", dijo.
La polémica de los crucifijos"La Iglesia honra a sus mártires, precisamente, porque han muerto por amor a Jesucristo, un amor que les ha permitido morir perdonando y bendiciendo a sus verdugos", añadió Martínez Camino, que en la misma línea que el presidente de la CEE, monseñor Antonio María Rouco Varela, pidió que se profundice "en el espíritu de la reconciliación entre todos los españoles, entre las diversas formas de pensar y concebir la organización de la vida pública".
Además, el portavoz de la CEE se pronunció en referencia a la polémica surgida en torno a los crucifijos en las instituciones públicas.
A juicio de Martínez Camino, la presencia de signos cristianos en la vida pública es "una garantía para no confundir el orden político con el orden religioso". "Nadie debe temer lo que la cruz significa cuando está en la vida pública, porque la cruz es un signo de libertad y de distinción entre el Estado y la Iglesia", puntualizó el portavoz de los obispos, que apuntó que "nadie debe temer" la presencia de los crucifijos, sobre todo, "cuando son queridos por la inmensa mayoría de los ciudadanos, como sucede en el colegio de Valladolid".
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