Por Philip Pullella

Tras 10 años de estudio meticuloso y de labores de restauración, que pusieron a prueba tanto a la tecnología de punta como a la paciencia humana, una de las más grandes obras maestras del renacimiento italiano vuelve a ser exhibida al público.

La obra "La Madonna del Jiguero" de Rafael es una superviviente.

El óleo de 107 por 77 centímetros sobre madera, que muestra a la Madonna junto a dos niños que están acariciando un jilguero, ha sobrevivido al derrumbe de una casa en 1547 que la dejó a merced de los estragos del tiempo y a los errores de intervenciones pasadas.

El resultado de la restauración es impresionante. Una capa marrón y la suciedad acumuladas durante dos siglos han sido eliminada. Las mejillas de la Madonna son ahora rosadas. Sus vestimentas son de un rojo y un azul profundos y casi se puede oír el sonido de la cascada de un riachuelo en el fondo de un paisaje de la Toscana.

"Este paciente nos dio la mayor cantidad de escalofríos y noches sin dormir", dijo Marco Ciatti, jefe del departamento de pinturas en el Opificio Delle Pietre Dure de Florencia, uno de los laboratorios de restauración estatales más prestigiosos de Italia.

"Pasamos dos años enteros estudiándolo antes de decidir si seguir adelante porque con el daño que sufrió en el pasado -que fue claramente visible en los rayos X- un intento de restauración podía salir mal", explicó.

"En el pasado decidimos no restaurar algo porque los riesgos de dañarlo o alterar el original eran demasiado grandes", dijo Ciatti, de 53 año. "Nos vemos a nosotros mismos como a un médico que trata al paciente como un todo en lugar de concentrarse en una enfermedad específica", agregó.

Rafael, quien vivió desde 1483 hasta 1520, pintó el cuadro alrededor del año 1506 -cuando todavía era un adolescente- como un regalo de matrimonio para Lorenzo Nasi, un rico comerciante.