Este artículo se publicó hace 15 años.
La OCDE desentierra el hacha de guerra ultraliberal
Con los bancos una vez reflotados gracias al dinero público, la institución de París pide el fin de subvenciones, más librecambio y menos subsidios de paro
La OCDE, muy dubitativa con su tradicional catálogo ultraliberal cuando hubo que salvar bancos con dinero público, desentierra hoy el hacha de guerra. En su nuevo informe de Perspectivas Económicas publicado en París, el primero tras el rescate de los bancos, la gran institución multilateral de los países ricos abandona toda reserva y regresa al gran clásico. Para salir del paro y del frenazo al crecimiento, una única receta: más libre comercio internacional, menos ayudas públicas a la industria y fuerte reducción de los subsidios de desempleo.
A la espera de la conferencia de prensa de los economistas de la OCDE y de lo que pueda salir de ella, ésa es la principal lección contenida en el extenso informe de más de 270 páginas hecho público hoy: Cuando los bancos ya reanudan su lógica de beneficios, y cuando la crisis golpea más duro en el empleo y en los hogares, llega la hora de volver a sacar las recetas ultraliberales.
Según la OCDE, "las perspectivas de reactivación regular y sostenida serán mejores si se puede obrar de manera que los mercados nacionales estén abiertos a los intercambios y a las inversiones internacionales". ¿Por qué? Porque "las ayudas a ciertos sectores y ciertas instituciones podrían falsear los intercambios y las decisiones de inversión", dice el cenáculo de expertos.
Para salir del paro y del frenazo al crecimiento, una única receta: más libre comercio internacional
Curiosamente, la OCDE se abstiene de hacer un análisis detallado de lo que ocurre en China, una de las economías que están saliendo más rápidamente de la crisis, al menos en términos de indicadores macroeconómicos clásicos.
"Será importante hacer que (...) los Gobiernos desmantelen rápidamente las medidas que falsean los intercambios", dice el organismo integrado por 30 estados, en su mayoría Gobiernos de los países más ricos del mundo.
Hasta en el capítulo directamente bancario, la OCDE invita a un nuevo ajuste ultraliberal. "Si se considera un aspecto particular de la apertura a los intercambios internacionales, los préstamos transnacionales se han contraído con fuerza, porque los bancos privilegiaban sus mercados nacionales. Si ese fenómeno persiste, planteará problemas a las autoridades reglamentarias, porque las presiones competitivas exteriores disminuirán", dijo.
En cuanto a las ayudas públicas a la industria, también hay una regresión a las teorías tradicionales liberales: La subvención vuelve a ser mala por definición. "Será necesario especialmente poner fin rápidamente a las ayudas de urgencia en favor de empresas y sectores en dificultad financiera, sobre todo a la industria del automóvil", dice. ¿Por qué esa prisa? "Para no retrasar las reestructuraciones necesarias y no obstaculizar nuevas entradas potenciales", dice.
Por "reestructuraciones necesarias" y por "nuevas entradas potenciales" se suele entender, en la jerga ultraliberal, movimientos de concentración, fusión y absorción del capital de las firmas, con deslocalizaciones de la actividad, esto es, despidos en países del Norte y apertura de fábricas allí donde el coste de la mano de obra es más bajo.
En cuanto a las ayudas públicas a la industria, también hay una regresión a las teorías tradicionales liberales
En paralelo, la OCDE recomienda que "las instituciones financieras que actualmente están participadas por el Estado, si son viables, deben volver a pasar al sector privado".
Respecto al mercado de trabajo, la OCDE estima que "habrá que velar" por que "las iniciativas que fueron tomadas para prolongar la duración de los subsidios de desempleo, o para aumentar su generosidad" no "vayan a tener efectos negativos sobre la búsqueda de empleo".
El organismo estima que toca volver a "incitar a la búsqueda de empleo", retomando así el tópico thatcheriano y reaganiano de que el subsidio de desempleo y las rentas de asistencia, en general, son una incitación a la pereza.
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