Ocho personas, siete de ellas civiles, murieron hoy y otras 18 resultaron heridas en un atentado suicida en un puesto de control policial en la provincia oriental afgana de Khost, informó a Efe una fuente policial.

El ataque ocurrió hacia las 9.00 hora local (4.30 GMT) cuando el suicida hizo detonar la carga que llevaba en su vehículo momentos después de que las fuerzas de seguridad lo interceptaran en un puesto de control en el oeste de la ciudad de Khost, capital de la provincia homónima.

Ocho personas murieron por la explosión y al menos 18 recibieron heridas, según explicó a Efe el jefe provincial de la Policía, Abdul Hakim Ishaqzai.

Uno de los muertos y dos de los heridos son policías, mientras que el resto de las víctimas fueron civiles, añadió.

Una fuente médica de Khost citada por la agencia AIP aseguró por su parte que unas treinta personas llegaron muertas o heridas al hospital de la ciudad.

Un portavoz talibán que se identificó como Zabiulá Muyahid atribuyó a sus hombres la autoría del atentado, confirmó que el objetivo era el puesto de control policial y aseguró que 13 policías fallecieron en la explosión y otros quince fueron heridos.

Los ataques suicidas son una de las tácticas más usadas por los talibanes afganos, en su empeño por derrocar al Gobierno y lograr la expulsión de las tropas internacionales desplegadas en el país.

Aunque el objetivo sean las fuerzas de seguridad afganas o extranjeras, la mayoría de sus víctimas suelen ser civiles.

Estos sucesos violentos son especialmente frecuentes en el cinturón suroriental de Afganistán, donde predomina la etnia pastún, la propia de los talibanes.