Este artículo se publicó hace 13 años.
Oktoberfest, la fiesta más bávara
Beber unas ‘rubias', comer salchichas, vestir un típico ‘dirndl' o disfrutar de la música local en buena compañía. Del 17 de septiembre al 3 de octubre Munich celebra su mundialmente conocida Fiesta de la Ce
Los caballeros las prefieren rubias, pero en Munich, al menos durante la Oktoberfest, también las mujeres, porque entre unos y otros consumen nada más y nada menos que seis millones de litros de cerveza, en su mayoría ‘rubias', servidas en jarra, que aquí son descomunales y se llaman mass. Así dicho, puede parecer una barbaridad, pero si se hacen cuentas y se calcula que son alrededor de seis millones de visitantes los que durante las dos semanas que dura el evento acuden a la fiesta la conclusión es que habrá muchos que no dejen la jarra tranquila, pero también otros tantos que simplemente les basta probarla para disfrutar de la fiesta. Y es que, a pesar de su nombre, la cita no es solo un aliciente para bebedores de postín, también lo es para los que buscan diversión en cualquier rincón, incluso para familias. Y si no, basta darse una vuelta por las numerosas atracciones dispersas por la inmensa explanada de la Thersienwiese para darse cuenta: carruseles, tiovivos, montañas rusas...
La fiesta arrancará el próximo 17 de septiembre cuando el alcalde de Munich abra el primer barril exclamando como manda la tradición aquello de Ozapft ist -o, lo que es lo mismo, ¡espitado queda!-, se prolongará hasta el 3 de octubre con cortejos de bávaros ataviados en sus trajes regionales, bandas de música, desfiles de carros de caballos cargados con barriles y, por supuesto, las descomunales carpas cerveceras que las grandes marcas plantan sobre la enorme recinto reservado para la ocasión.
Desde las diez de la mañana hasta pasadas las diez de la noche, camareras vestidas con los típicos dirndl bávaros sirven litros y litros de cerveza, que se degustan acompañadas de las tradicionales salchichas alemanas y, de postre, rosquillas ‘Bretzeln', todo ello en el mejor ambiente.
La entrada al recinto de la Theresienwiese es gratuita, al igual que a las carpas, aunque conseguir asiento en las mesas comunales de madera de las más importantes no siempre es fácil. En estas y en las más pequeñas, donde suele ser más sencillo encontrar asiento, pueden probarse las distintas cervezas que producen las grandes fábricas: Augustiner, Paulaner, Spaten-Franziskaner, Löwenbräu, Hacker-Pschorr y Hofbräu.
La Oktoberfest, que empezó a celebrarse en 1810 con motivo de las bodas del Luis I de Baviera y la princesa Therese von Sachsen-Hildburghausen, está hoy reconocida como la fiesta popular de mayores dimensiones del planeta. De las seis grandes fábricas de cerveza de la ciudad, la Hofbräuhaus es la que monta la carpa más espectacular, con capacidad para unos 10.000 visitantes, aunque dentro del precioso casco histórico de Munich la firma tiene una cervecería -con una decoración y un ambiente puramente bávaros- a la que escaparse cuando ya se haya tenido suficiente de feria por un día.
Será entonces el momento de aprovechar para explorar las plazas cuajadas de palacios clásicos e iglesias barrocas de la ciudad, la tercera más grande de Alemania y una de las más bonitas del país, a rebosar además estos días de gente de todas las edades con ganas de pasarlo bien.
Más informaciónTurismo de Munich y Turismo de Alemania.
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