Este artículo se publicó hace 16 años.
Olazábal resurge y desafía al anfitrión, Sergio García
La borrasca que azota también el Levante español descargó agua y buenas noticias para el golf español y el I Castellón Masters, pues José María Olazábal hizo su mejor vuelta del año en su segundo torneo tras el verano (66 golpes), igualó con el anfitrión Sergio García e Ignacio Garrido es segundo (65), a un golpe del líder, el danés Soren Kjeldsen.
En un ambiente más guipuzcoano que mediterráneo, con una lluvia fina que, sin notarse, calaba los huesos, Olazábal, de 42 años, se desenvolvió soberanamente en el Club de Campo del Mediterráneo, en cuya hierba se crió García, y parece que entierra la lesión que le fastidió su vida cotidiana desde agosto del año pasado.
La tarjeta del jugador vasco fue una de las grandes noticias de la primera ronda. La otra, la confirmación de que García está entregado al sano propósito de ganar en su campo. El de Borriol apunta a que en su terruño no habrá golfista que lo pare, aunque hoy colocara solamente la primera piedra, con 66 y a dos impactos del rubio Kjeldsen.
La última de las conclusiones entre la inusual lluvia en Borriol es que de las figuras rutilantes del torneo sólo "pinchó" el sueco Henrik Stenson, el décimo del mundo, que acabó con +3 y 'castigado' toda la tarde en la cancha de prácticas.
El resto de los 'grandes' conserva las opciones, incluido el colombiano y huidizo Camilo Villegas (70 golpes), que anda algo perturbado por las pompas fúnebres de su tío y padrino, Ernesto Villegas, asesinado en Chinchiná cuando intentaba defenderse de un asalto a mano armada en la empresa de café que regentaba.
Si Villegas sufre por alejarse de lo que acontece en su casa, la felicidad inundó el rostro del nórdico Kjeldsen, que hace cinco años que no sube a un podio. El danés aprovechó la más apacible mañana para situarse como líder de un torneo que se despertó interesante, y que rescató de un pobre bagaje en Europa al argentino Ángel Cabrera, el campeón del Open USA de 2007 que concluyó igualado en la segunda plaza, a un golpe del danés.
El "Pato" Cabrera por fin encontró un comienzo sólido. Firmó 65 golpes sin "bogeys", tremendo en su eficacia desde el "tee", y anotó su mejor vuelta desde que aterrizara en Europa tras su otra vida norteamericana.
El argentino, al igual que Olazábal, se reencontró consigo mismo, aunque el golfista vasco se exige más: "Creo que mi vuelta ha sido aventurera. He tenido golpes muy malos, con los que he visitado sitios del campo difíciles de explicar pero extraordinario alrededor de 'green', con buenos golpes de recuperación".
Olazábal, que después de reaparecer en Madrid busca resultado en Castellón, habló de "mantazos" con el 'drive' o de 'putt' embocados desde 8 metros; o de pares que en otras circunstancias hubiesen significado dobles "bogeys".
Si Olazábal vio su debut como una serie de aventuras con final feliz, García calificó su vuelta como "interesante". "Es una sensación muy agradable jugar en casa. Empecé un poco nervioso, pero he terminado contento", confesó.
"Para empezar, -5 no está mal. No he jugado todo lo bien que me gustaría o que sé que puedo jugar", advirtió el anfitrión.
Cabrera fue, junto con Kjeldsen, el más feliz hoy en Borriol, aunque lo diga en voz baja. Su solidez le permitió soportar sin queja la lluvia desde el hoyo 12.
"Fue una gran vuelta. He estado muy sólido desde el 'tee'. En este campo eso es vital", comentó Cabrera, quien ofreció un recital de longitud y precisión con el 'driver' en las manos.
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