Este artículo se publicó hace 13 años.
Olympus ocultó perdidas por casi 1.300 millones de euros, según la investigación
El fabricante de productos de óptica y material fotográfico Olympus ocultó casi 135.000 millones de yenes (1.296 millones de euros) en pérdidas por inversiones desde la década de 1990, según el informe presentado hoy por un comité de investigación.
El documento señala que no hay indicios de que detrás de este "maquillaje" de pérdidas estuviera el crimen organizado, algo con lo que habían especulado algunos medios, e implica en el caso a seis altos cargos directivos y contables de la empresa.
Según el informe, los principales responsables serían el exvicepresidente ejecutivo Hisashi Mori y el exauditor Hideo Yamada, aunque también habrían estado al corriente de las operaciones los ya expresidentes Toshiro Shimoyama, Masatoshi Kishimoto y Tsuyoshi Kikukawa, y uno de los directores de contabilidad.
El panel de investigación, integrado por seis abogados y contables, también apuntó lagunas en el sistema de gestión corporativo de la empresa y subrayó el hecho de que las diferentes auditoras no detectaron el encubrimiento.
Olympus admitió el mes pasado que desde la década de 1990 ocultó millonarias pérdidas por inversiones, que maquilló en los registros contables a través de varias controvertidas operaciones de adquisición de empresas.
El escándalo salió a la luz a finales de octubre a raíz de la destitución del entonces presidente de Olympus, Michael Woodford, quien denunció que su cese se produjo por haber cuestionado aquellas polémicas compras.
El caso hizo que las acciones del grupo se hayan desplomado desde entonces en la Bolsa de Tokio, donde desde que saltó el escándalo han perdido más del 50 por ciento de su valor: los títulos de Olympus cerraron hoy en 1.190 yenes, frente a los 2.482 yenes a los que cotizaban un día antes de la destitución de Woodford.
La compañía tiene previsto presentar sus resultados del segundo trimestre de este año fiscal, que concluye en marzo de 2012, para el 14 de diciembre, el plazo impuesto por las autoridades bursátiles.
De no hacerlo, la empresa, con una plantilla de casi con 40.000 empleados, se arriesgaría a ser excluida del parqué tokiota.
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