Este artículo se publicó hace 14 años.
"Open 24 H", una apuesta personal para retratar un universo opresivo
"Open 24 H", el tercer largometraje dirigido por Carles Torras, supone la apuesta más personal hasta ahora de este director, al haber rodado en blanco y negro, con escenas cortas y repetitivas que pretenden retratar el universo monótono y opresivo en el que vive el protagonista.
La película, que se proyecta hoy en la sección oficial a concurso del decimocuarto Festival de Cine Español de Málaga, presenta el día a día de un vigilante nocturno de una chatarrería que convive con su hermano, que sufre una minusvalía física y psíquica, y su padre maltratador.
Torras ha compaginado por primera vez la faceta de director con la de productor, consciente de que esta es "una película muy personal en la que era difícil convencer a un productor para que creyera en el proyecto", ha afirmado en rueda de prensa.
"Queríamos expresar una serie de ideas apoyándonos en un lenguaje cinematográfico muy elaborado y con imágenes sugerentes, no solo contar una historia con un trasfondo social", ha añadido.
Sin ser autobiográfica, la película muestra "emociones o estados de ánimo" con los que Torras y cualquier espectador, ha señalado, "se puede sentir identificado en una sociedad urbana e industrializada en la que las personas pueden quedar alienadas por su condición social".
"Cada día coges el Metro y ves personas así, que trabajan de noche o ganan un sueldo con el que no llegan a final de mes, hacen un trabajo que no les satisface o han perdido la autoestima por las circunstancias en las que han crecido o se han educado", ha señalado Torras.
Todo ello es producto "de una sociedad muy competitiva en la que solo hay ganadores y perdedores" y en la que, "a veces, los perdedores son gente normal a la que las circunstancias le han llevado ahí".
Sobre la decisión de rodar en blanco y negro, Torras considera que "era la estética que concordaba mejor con lo que se quería transmitir".
El director sostiene que en cualquier proyecto "es necesaria la química con el productor para poder trabajar y para poder desarrollar el proyecto de principio a fin sin interferencias", puesto que "si hay dos que capitanean el barco y no hay química entre ellos, es un problema".
"Para el cine se necesitan ideas y esfuerzo. Donde hay ideas, no se necesitan grandes presupuestos para hacer una película intensa que transmita cosas al espectador", ha subrayado.
La trama argumental es "pequeña, porque no suceden grandes cosas, sólo pequeñas gotas que van colmando el vaso del personaje", que "explota cuando menos tenía que explotar".
El peso interpretativo de la película recae en su protagonista, encarnado por Amadís de Murga, quien considera que había que "mimetizarse" con "la depresión de todas las personas que viven en ciudades fuera de las ciudades y se levantan y se acuestan a horas fuera de las horas de sol".
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