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La oposición exige a Linde recuperar la credibilidad del Banco de España

Los grupos elogian el currículum del nuevo gobernador. De Guindos resalta que carece de 'vinculaciones políticas'. El PSOE reivindica el 'legado' de Fernández Ordóñez

Encajó bien el nombre del sustituto de Miguel Ángel Fernández Ordóñez. Luis María Linde de Castro (Madrid, 1945), el candidato mejor situado, recibió todos los parabienes esperables en cuanto el ministro Luis de Guindos anunció en la Comisión de Economía del Congreso que él sería el nuevo gobernador del Banco de España. Todos los portavoces de la oposición dieron el visto bueno a un técnico veterano de la institución, con dilatada experiencia dentro y fuera del país, con un 'respetable' y 'envidiable' currículum. Pero también todos exigieron lo obvio, que se apreste a 'recuperar' la 'credibilidad' y confianza del supervisor, tras unos meses de campaña a la contra orquestada por el Gobierno de Mariano Rajoy, quien no ha tenido reparos en arrostrar a Fernández Ordóñez a un papel casi de convidado de piedra en las dos sucesivas reformas financieras. Un papel de segundón que al final precipitó su dimisión.

La tanda de elogios la abrió el titular de Economía. De Guindos alabó la 'amplia y acreditada' experiencia de Linde en el Banco de España, desde que en 1983 asumiera el cargo de jefe de Operaciones Exteriores de la institución y, de 1987 a 2000, el de director general del Departamento de Internacional. 'Se trata al mismo tiempo de un profesional de reconocido prestigio internacional que ha dirigido importantes instituciones internacionales y ha intervenido muy activamente en el asesoramiento internacional en muy diversos asuntos bancarios. Asimismo es un técnico cualificado, con acreditada competencia y conocimiento económico, monetario y bancario, que además carece de todo tipo de vinculaciones políticas, lo que le va a permitir dirigir y representar ante las instituciones y organismos internacionales una institución que en el desarrollo de su actividad debe actuar siempre con autonomía respecto de la Administración General del Estado', reseñó. Se suma otra cualidad: saber llevar las riendas del supervisor, puntualizó, en un momento 'difícil', de 'encrucijada', donde se han puesto de manifiesto las 'debilidades intrínsecas' de la arquitectura institucional del euro. De ahí que sean claves para el Gobierno su 'bagaje', 'conocimiento de la casa' y perfil 'internacional'.

El PSOE pide al Gobierno que 'deje de poner en la picota' al supervisor

Valeriano Gómez fue el encargado de defender la posición de los socialistas. No comenzó hablando de Linde, sino de Fernández Ordóñez, de quien quiso reivindicar su 'legado' como gobernador desde 2006, una atalaya desde la que le tocó 'vivir y gestionar  la mayor crisis financiera' que haya sufrido el país 'a lo largo de su historia', y lo hizo con 'aciertos y errores'. El exministro de Trabajo reconoció que el supervisor saliente pisó callos dentro del PSOE, haciendo ver que el Estado del bienestar era poco menos que un 'estorbo', cuando el problema residía y reside, para su partido, en el sistema bancario.

Gómez deseó 'lo mejor' a Linde, una persona 'sensata y rigurosa, culta, que conoce bien el papel del Banco de España', y del que el PSOE no tiene 'ninguna duda de su competencia en asuntos monetarios y financieros'. 'Queremos que tenga éxito, que continúe la labor de saneamiento y recapitalización. Pero lo que queremos, sobre todo, es que termine, de una vez, esta política ciega y absurda que está poniendo cada día en la picota al Banco de España y a su papel en la economía española'. Con ello, Gómez venía a reprochar al Ejecutivo que hubiera forzado la dimisión de MAFO y le hubiera dejado 'absolutamente al margen' de la nacionalización de Bankia, la entidad que ha provocado un auténtico tsunami en el establishment bancario español. 'Lo que queremos es que se tranquilicen porque su aplomo, el del Gobierno, es la mejor forma de defender la fortaleza de la economía española'.

La caída en desgracia del supervisor estuvo igualmente en boca del resto de grupos. No tanto por el gobernador saliente –fue el PSOE el que capitaneó la mayor defensa–, sino por los técnicos 'de alto prestigio' que trabajan allí, y cuya cualificación ha quedado en entredicho al pedir el Gobierno una auditoría externa de la banca. Guindos subrayó que no, que el Ejecutivo está 'convencido' de que el Banco de España dispone de los 'mejores inspectores y el mejor cuerpo de supervisión de la zona euro', y que los dos evaluadores 'ratificarán su magnífico trabajo'. 

Gómez no entró en otro terreno que ha recorrido la disputa política en las últimas semanas: las comparecencias por Bankia y el velo de silencio que el Ejecutivo ha impuesto en todo momento y que consumó esta mañana, bloqueando todo desfile de responsables de la entidad (y de MAFO) por el Congreso. Como tampoco hurgó en la herida del volumen del rescate bancario. Otros grupos sí lo hicieron.

Fue el caso de CiU. Josep Sánchez Llibre reconoció primero la 'preparación, las aptitudes, la formación' de Linde, le pidió que recupere la 'moral y la ética' del Banco de España, su 'seriedad, prestigio, respeto, fiabilidad y transparencia', pero también se quejó de que el Gobierno hubiera 'imposibilitado' que compareciera Fernández Ordóñez, cuando él mismo expresó su voluntad de acudir al Parlamento a explicarse. Álvaro Anchuelo, de UPyD, elevó idéntica queja.

El ministro sigue sin desvelar el coste de las dos auditorías externas

Cayo Lara, presidente de Izquierda Plural (IU-ICV-CHA), puntuó como 'bueno y positivo' el currículum del nuevo gobernador, aunque será 'su día a día' lo que irá marcando su gestión y su trayectoria. Pero pasado ese punto, Lara preguntó a De Guindos cuánto costarían las auditorías que ha contratado el Gobierno para analizar en profundidad el sistema bancario y cuánto dinero público se inyectará en las entidades, una pregunta esta última que también compartió Pedro Azpiazu, portavoz del PNV, y Ana Oramas, la representante de Coalición Canaria. Lara demandó saber qué 'contrapartidas' impondría la UE. El ministro dejó las tres cuestiones sin responder. Señaló que en su momento se conocerá el importe de la adjudicación del examen a las auditoras Roland Berger y Oliver Wyman, aunque se trata de un concurso público por la vía de urgencia. Y de lo mollar, del manguerazo de dinero que necesitará la banca, nada de nada. Tanto a la entrada como ya dentro de la Comisión de Economía, el ministro se negó a dar cifras –lo mismo hizo Rajoy desde la Moncloa–, de modo que el Ejecutivo no hará 'especulaciones' hasta conocer las conclusiones de los informes del FMI y de las consultoras. 

Del controvertido asunto de la rendición de cuentas se encargó el portavoz del PP, Vicente Martínez-Pujalte. Insistió en que su grupo no se 'opone a nada', a 'ningún tipo de comparecencias en abierto'. Aunque lo cierto es que los conservadores han vetado todas hasta septiembre, excepto las de la patronal de la banca. El diputado dijo que hasta Fernández Ordóñez podría haber acudido a la Cámara a presentar el informe anual del Banco de España, en julio, pero que al final no lo podrá hacer al dimitir por adelantado. Informe que, por cierto, hará público mañana la institución.

Se abre un periodo, por tanto, complicado, en el que Linde tiene por delante cumplir el cometido unánime de los grupos: rescatar la 'credibilidad perdida' y enderezar el tambaleante sistema bancario. Nada fácil. 'No sé si es un premio o un castigo ocupar un puesto de tanta responsabilidad', bromeó Azpiazu. El tiempo dirá si el nuevo gobernador acumula en su cuenta de resultados aciertos o errores. 

En ningún momento de la Comisión de Economía se citó a la que será la próxima subgobernadora del Banco de España, Soledad Núñez, ex directora general del Tesoro en el anterior Gobierno socialista. Tenía su lógica, porque el gobernador es nombrador por el rey a propuesta del presidente del Gobierno, mientras que el número dos es elegido en el seno de la institución. 

Al mediodía de hoy, el PSOE propuso para ese cargo a Núñez, justo cuando Guindos trasladó que el elegido por el Gobierno para dirigir el supervisor era Luis María Linde, que siempre había partido como favorito en la carrera. Sin embargo, durante la Comisión de Economía, el portavoz del PP expuso sutilmente sus reservas. Sin nombrar a Núñez, Vicente Martínez-Pujalte incidió en que 'en la situación actual', los ciudadanos 'necesitan percibir el mayor grado de independencia de la actividad política partidista en las instituciones como el Banco de España'. Más difuso fue Guindos: si el PSOE propone a una persona 'con características similares a las de Linde desde el punto de vista de la cualificación profesional y la independencia', será 'considerada' por el Ejecutivo. Valeriano Gómez defendió que el haber ocupado cargos en un Ejecutivo –como también los ocupó Linde en su día– no invalidaba a ningún candidato: 'Ser funcionario o alto cargo del Gobierno en el Tesoro, en la Hacienda pública, en la economía es siempre un añadido, un plus. Para nosotros, la política no es un obstáculo, lo que sí es un obstáculo es la falta de profesionalidad'. 

Al acabar la comisión, Gómez se acercó a Guindos. Le preguntó si, por las palabras de Pujalte, se podía inferir que el Gobierno desaprobaba la candidatura de Núñez. El ministro le comentó que no, que no había 'inconveniente' en que la ex directora general del Tesoro se convirtiera ahora en subgobernadora, según relató después el propio Gómez a la prensa. Habrá que ver si es así y si el Ejecutivo no impone vetos. 

Linde ocupará su cargo la mitad del mandato, tres años, hasta que cumpla 70. Ello permitirá al PP nombrar a un nuevo gobernador a su gusto que permanezca en el puesto hasta 2021.

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