Este artículo se publicó hace 16 años.
La oposición se niega a reconocer a Saakashvili como legítimo presidente
Decenas de miles de partidarios de la oposición georgiana se congregaron hoy en el centro de Tiflis para protestar contra el fraude y la reelección de Mijaíl Saakashvili como presidente por otros cinco años.
"Saakashvili es un presidente ilegítimo. Su régimen no podrá gobernar el país durante mucho tiempo, ya que la oposición celebrará continuos mítines y actos de protesta", aseguró Leván Gachechiladze, líder de la oposición unificada.
La oposición considera que las elecciones presidenciales anticipadas del pasado 5 de enero fueron "falsificadas", por lo que "no reconoce los resultados oficiales y exige la celebración de una segunda vuelta".
Gachechiladze, antiguo colaborador de Saakashvili, al que acusa de traicionar los principios democráticos y de convertirse en un dirigente "autoritario", aseguró durante el mitin que "la aplastante mayoría del pueblo georgiano" apoya a la oposición.
"Ganaremos la lucha contra este régimen antidemocrático. Estoy seguro de ello", proclamó ante las miles de personas -100.000 según algunas fuentes- congregadas al grito incesante de "Justicia en la Plaza de la Revolución de las Rosas.
Gachechiladze y otros políticos que intervinieron en el mitin instaron a la policía y al ejército a no "recurrir a la fuerza" contra los manifestantes, como ocurriera en las protestas de noviembre pasado, cuando Saakashvili impuso el estado de excepción por espacio de nueve días.
Además de partidarios de la oposición democrática unificada, que agrupa a un total de nueve partidos, también participaron en la protesta miembros de otros partidos contrarios a Saakashvili, en el poder desde que fue elegido en enero de 2004 con el 96 por ciento de los votos.
Previamente, la Comisión Electoral Central (CEC) había confirmado la reelección de Saakashvili como presidente de este país caucásico al obtener el 53,47 por ciento de los votos en los comicios adelantados del pasado 5 de enero.
Al superar la barrera del 50 por ciento, no será necesaria la celebración de una segunda vuelta, por lo que Saakashvili podrá ser investido a finales de esta semana como presidente por otros cinco años.
Según los resultados oficiales definitivos, Gachechiladze obtuvo sólo un 25,69 por ciento de los sufragios, aunque éste insiste en que Saakashvili no superó el 50 por ciento de los votos.
"Saakashvili no es el vencedor. Si él gana honestamente en la segunda ronda, yo seré personalmente el primero en felicitarle", declaró.
El protocolo oficial de la CEC que certifica la victoria de Saakashvili fue suscrito sólo por siete de los miembros de la comisión electoral, ya que los seis de la oposición se negaron a estampar sus firmas.
Precisamente, entre las demandas de la oposición figura la de procesar al presidente de la CEC, Leván Tarjnishvili, al que Gachechiladze ha acusado de robarle medio millón de votos.
La comisión electoral reconoce que hubo "irregularidades" durante la votación, pero matiza que éstas "no influyeron en el resultado final".
Al término del mitin, la oposición inició una multitudinaria marcha por la avenida Rustaveli, la principal de Tiflis, hasta la sede del Parlamento, escenario de las protestas masivas de noviembre pasado.
Gachechiladze adelantó que la oposición tiene previsto celebrar "multitudinarios actos pacíficos de protesta" a partir de mañana, lunes, frente a las sedes de los tribunales y las televisiones públicas en todo el país.
El líder opositor, matemático de formación, advirtió a las autoridades que la oposición también saldrá a las calles el día de la investidura de Saakashvili, prevista para el 20-21 de este mes.
Tanto Estados Unidos como la OSCE consideraron "democráticas" las elecciones presidenciales georgianas e instaron a gobierno y oposición a cooperar para salir de la crisis.
"No me interesa lo que digan los observadores internacionales. Me preocupa lo que piense mi pueblo y éste ve que intentan arrebatarle la victoria", replicó Gachechiladze.
Según algunos analistas, lo que la oposición pretende realmente es consolidar sus posiciones aprovechando el descontento de los sectores marginados por las reformas liberales de Saakashvili con vistas a los comicios parlamentarios que se celebrarán dentro de unos meses.
Saakashvili, el tercer presidente en la historia de Georgia desde la independencia (1991) y el principal aliado de EEUU en el Cáucaso, tendió el sábado "la mano a todas las fuerzas patrióticas que estén dispuestas a servir a Georgia".
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