Ordenan una prueba psicológica del acusado, junto a la psiquiátrica ya en marcha

El juez que investiga la desaparición y muerte de Marta del Castillo ha ordenado que el asesino confeso, Miguel C.D., sea sometido a una prueba psicológica, junto a la psiquiátrica ya en marcha, para lo cual será trasladado a la Clínica Forense de Sevilla el próximo 10 de julio.

En una providencia a la que ha tenido acceso Efe, el juez de instrucción 4 de Sevilla ordena que el asesino confeso sea sometido a dicha prueba psicológica de manera "coetánea o simultánea" a la psiquiátrica que comenzó ayer, de acuerdo con la petición cursada por el Instituto de Medicina Legal de Sevilla.

Para ello, el juez ordena que Miguel sea trasladado a las 9:30 horas del próximo 10 de julio a los juzgados del Prado de San Sebastián desde la cárcel de Morón de la Frontera (Sevilla), donde permanece internado desde el pasado 16 de febrero como asesino confeso de Marta.

En dicha fecha, Miguel será examinado por la psicóloga designada para el caso y será sometido a la segunda parte del examen psiquiátrico que comenzó ayer jueves.

El estudio psiquiátrico y psicológico, que podrían ser utilizados para alegar alguna atenuante en el futuro juicio, fue pedido por la defensa de Miguel y acordado por el juez pese a la oposición de la Fiscalía, que argumentó que el imputado no ha aportado ninguna documentación previa que permita sospechar la existencia de una anomalía psíquica.

La prueba psiquiátrica está a cargo de Julio Guija, psiquiatra y director del Instituto de Medicina Legal de Sevilla, y de otro forense y Jefe de servicio de Clínica, mientras que la psicológica será realizada por una de las psicólogas de los juzgados sevillanos.

Previamente al comienzo de la prueba, la psicóloga designada ha sido citada en el juzgado para jurar el cargo y ser informada del objeto del peritaje que se le encarga.

Miguel C.D., de 19 años, permanece encarcelado como asesino confeso de la joven Marta del Castillo, que desapareció el pasado 24 de enero, y el 26 de marzo protagonizó un intento de suicidio con el cordón de un chándal en los servicios de la cárcel.