Este artículo se publicó hace 17 años.
La Oreja de Van Gogh busca un nuevo futuro bajo el "síndrome de Olé-Ólé"
Héctor Llanos
El abandono de Amaia Montero como cantante de La Oreja de Van Gogh es sin duda una de las noticias del año en el mundo de la música en español y convierte en incierto el futuro de uno de los grupos más exitosos de los últimos tiempos, una situación que ya han vivido muchas otras bandas.
Es la historia de una formación consagrada que se resiste a un final no programado a pesar de quedarse sin su cara visible.
Los cuatro integrantes de La Oreja de Van Gogh se enfrentan a una difícil tesitura que deja en el público una sensación de "déjà vu", ante lo que bien podría llamarse el "síndrome Olé-Olé", por nombrar a una banda cuya trayectoria quedó marcada por la búsqueda continúa de una cantante tras la marcha de Marta Sánchez.
Xabier San Martín, Pablo Benegas, Haritz Garde y Álvaro Fuentes anunciaron el lunes la marcha de Amaia Montero, tras once años de carrera y seis millones de discos vendidos y con un álbum a punto de entrar en su fase de grabación.
La falsa noticia de la llegada al grupo de la mexicana Paulina Rubio, que anunció una radio, hubiera convertido el destino de estos vascos en uno de los más rocambolescos jamás recordados, similar a los rumores que en los últimos años situaban a George Michael o a Robbie Williams al frente de los legendarios Queen.
Pero la imbatible presencia de un fallecido Freddie Mercury es demasiado poderosa como para que una estrella consagrada se enfrente a ella, algo similar a lo que le ocurrió a la banda de rock australiano INXS, que encontró en vocalistas temporales -entre ellos Terence Trent D'Arby- una solución que se prolongó durante años a la muerte en 1997 de su cantante, Michael Hutchence.
El programa de telerrealidad "Rock Star: INXS" de 2004, desde el que el público estadounidense escogió al nuevo cantante de la banda, J.D. Fortune, al más puro de estilo del "Gran Hermano", dejó en evidencia la crisis de popularidad por la que pasaba el grupo, que aprovechó el tirón catódico para escalar algunos puestos en las listas de ventas.
En el caso de los británicos Genesis la marcha de Peter Gabriel en 1975 no supuso el fin de la banda, ya que la llegada de Phil Collins igualó, e incluso superó, el éxito cosechado por el quinteto hasta el momento.
Algo similar ocurrió con Marta Sánchez, quien superó con creces el interés mediático de Olé-Olé sustituyendo a Vicky Larraz.
Otros imprescindibles de la reciente historia musical española, Nacho Mañó y Juan Luis Giménez, se plantean continuar con su carrera como Presuntos Implicados con una nueva voz que sustituya a Soledad Giménez, quien abandonó el grupo en 2006.
Por lo general, la escisión de muchos vocalistas con respecto a las formaciones que les dieron la fama desemboca en una carrera en solitario que, en casos como el de George Michael, Phil Collins, Lou Reed -The Velvet Underground-, Bryan Ferry -Roxy Music-, Andrés Calamaro -Los Rodríguez- o los españoles Enrique Bunbury -Héroes del Silencio- y la propia Marta Sánchez se mantienen en primera línea.
Otros como Ana Torroja -Mecano-, David Summers -Hombres G- o el propio Mick Jagger -The Rolling Stones- nunca han logrado hacer olvidar la enorme repercusión que lograron en grupo.
La pregunta ahora es qué ocurrirá con La Oreja de Van Gogh, que anuncia disco para 2008, y con Amaia Montero, que ya prepara su debut en solitario. EFE
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