Este artículo se publicó hace 17 años.
Orhan Pamuk, doctor "honoris causa" por la Universidad Complutense de Madrid
El escritor turco Orhan Pamuk fue investido hoy doctor "honoris causa" por la Universidad Complutense de Madrid y en la ceremonia dedicó todos los elogios a la novela, por ser "capaz de crear un enorme grupo humano, mucho mejor que cualquier nación, civilización o colectivo social".
En su incorporación al claustro, el Premio Nobel de Literatura 2006 estuvo apadrinado por el profesor Dámaso López García, decano de la Facultad de Filología, quien dijo que las narraciones de Pamuk nos acercan a la Turquía actual y a la del siglo XVI, apelando a "formas de experiencia que pueden compartir lectores de todos los rincones del mundo".
El solemne acto académico se celebró con todo su protocolo en el Paraninfo de la Universidad Complutense, donde acompañaron al escritor, además del rector, Carlos Berzosa, y otras personalidades académicas, el escritor Juan Goytisolo, que hoy participa con el autor de "Estambul, Ciudad y recuerdos" en un debate previsto en el programa "Miradas turcas".
Pamuk, que se definió como "un humilde servidor del arte de la novela", dijo que ésta "lanza nuestra imaginación hacia mundos lejanos que nos permiten saber quiénes somos realmente, adentrándonos en la verdad de los otros", y nos ayuda a superar las visiones más cortas sobre "lo que creemos que somos".
"La novela es como una orquesta de música, uno de los grandes logros de la civilización europea", "es lo que hace que hoy Europa sea lo que es", afirmó el escritor de "Nieve", que a lo largo de su discurso insistió en que el objetivo de la novela no es cambiarnos por otros, sino identificarnos "en su pena, su compasión o su humildad".
En su "laudatio", López García habló del libro "Estambul" y de cómo Pamuk plantea, a su manera, el conflicto entre memoria e historia, o también de su novela "Nieve", que transcurre en la remota ciudad fronteriza de Kars, donde el autor muestra a sus lectores de forma "descarnada" el conflicto entre Oriente y Occidente.
"Entre tradición y progreso, entre creyentes y no creyentes, entre hombres y mujeres, entre el campo y la ciudad, entre la información y la ignorancia", se extendió el decano, que comentó otros títulos de Pamuk como "El castillo blanco" (1994) o "Me llamo rojo" (1998), donde están sus ideas acerca del arte "al que Pamuk ha consagrado su vida al hacerse escritor", destacó.
Y si el arte es la forma en que la humanidad se reconoce a sí misma en sus valores, "cuando éstos cambian como han cambiado desde el siglo XVI hasta el XXI en Turquía y en España, en el mundo oriental y en el occidental, los modos de expresión varían", como Pamuk muestra en sus novelas, dijo Dámaso López.
Por ese y otros muchos méritos, el decano consideró que la obra del escritor turco debe ser asunto de estudio y reflexión para la crítica académica y literaria.
El rector Carlos Berzosa afirmó que, en un mundo desgarrado por la intolerancia y el racismo, Pamuk se ha convertido en un símbolo de libertad y cultura. Lo es, dijo, por su novelas, en las que narra la difícil relación entre los estados laicos y la civilización musulmana, y por el juicio de alta traición al que fue sometido por recordar el genocidio armenio realizado por los turcos.
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