Este artículo se publicó hace 16 años.
Los "osos de la basura" buscan espacio en Rumanía
Por Luiza Ilie
Tumbado al lado de un angosto camino en las montañas de los Cárpatos, en el centro de Rumanía, un oso marrón oculta su hocico en una de sus patas, echando un vistazo juguetón a los coches que pasan por el lugar.
Cuando los conductores se detienen para tomar fotografías, el oso se dirige a ellos posando y esperando por comida.
Unos metros más abajo, un largo cartel pide a los turistas que no alimenten a los osos, aunque al otro lado del camino hay bolsas de basura tiradas, como si fueran una invitación para los animales.
Con la mitad de los osos marrones, casi unos 6.000, viviendo en los Cárpatos, ambientalistas y autoridades luchan por mantener a los animales salvajes y a los pueblos como Brasov a salvo uno del otro.
Algunas personas, incluidos turistas extranjeros, han sido atacadas y han muerto en los últimos años a causa de los animales hambrientos o irritados, que llegan diariamente a pueblos y aldeas en el sur de los Cárpatos en busca de comida.
La muerte más reciente ocurrió en agosto cuando el cuerpo destrozado de un hombre fue encontrado a unos 500 metros del centro de Brasov. Autoridades dijeron que los avistamientos de osos se han incrementado en los últimos años.
Los osos hurgan en la basura, duermen en edificios de apartamentos e incluso han entrado en bares y hospitales.
El hábitat natural de los osos está siendo destruido y está cada vez más fragmentado por la creciente industria turística rumana.
"Cada mañana hay un espectáculo, un circo", dijo Flavius Barbulescu, un oficial de control animal en Brasov. "La gente se sienta en cercos o en los coches a observar. No se puede multar a una persona por pararse en la acera y mirar", agregó.
"OSOS DE LA BASURA"
Los pueblos de montaña como Brasov quieren mantener a los osos lejos de las áreas habitadas por lo que vacían los cubos de basura tres veces al día y han trasladado a los animales hacia áreas más grandes, además se multa a quienes son atrapados alimentando o fotografiando a las criaturas.
Expertos en vida salvaje afirman que los animales, apodados "osos de la basura", continuarán hurgando en las ciudades a medida que el desarrollo urbano se apodera de su hábitat, y si las personas siguen alimentándoles.
"Los restaurantes no deberían dejar comida afuera", dijo Victor Watkins, asesor en vida salvaje en la organización británica World Society for the Protection of Animals (WSPA).
"El público no debería alentar a los osos. Si quieren verlos que vayan a un santuario de esos animales", añadió Watkins, quien trabajó en lugares de ese estilo en todo el mundo, incluido Zarnesti cerca de Brasov.
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