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La OTAN reabre parcialmente al tráfico la frontera entre Serbia y Kosovo

EFE

Los pasos de Jarinje y Brnjak, entre Serbia y Kosovo, han sido reabiertos parcialmente al tráfico por las fuerzas de la OTAN que controlan la frontera desde el pasado miércoles, cuando se disparó la tensión entre los dos países.

La agencia Tanjung informó hoy de que soldados de la KFOR, la misión de la OTAN para Kosovo, levantaron la pasada noche las barreras que impedían el tráfico, que ha sido abierto a turismos y autobuses pero que sigue restringido para transportes de mercancías.

El ministro serbio para Kosovo, Goran Bogdanovic, y el negociador jefe con Pristina, Borislav Stefanovic, regresaron anoche a la zona para continuar las conversaciones con la KFOR y para apoyar a la población serbia local.

Estos representantes señalaron que la reapertura de la frontera es un primer paso hacia un acuerdo para la retirada de las barricadas levantadas por los serbios de Kosovo, fieles a Belgrado.

El Gobierno de Pristina ha amenazado con arrestar a los dos altos cargos serbios, argumentando que están de forma ilegal en Kosovo, la ex provincia serbia que se autoproclamado independiente en 2008, un estatus no reconocido por Serbia.

Así las cosas, se mantiene la tensión desde el pasado martes, cuando fuerzas especiales kosovares ocuparon los puestos fronterizos con Serbia, una operación ante la que grupos de serbios radicales respondieron con violencia.

Un policía kosovar murió en un tiroteo y uno de los puestos aduaneros fue incendiado.

Además, los serbios locales mantienen cortadas las carreteras de acceso a Jarinje y Brnjak y reclaman que la situación regrese al punto anterior a la operación kosovar, y que los pasos fronterizos vuelvan a estar controlados por agentes kosovares de etnia serbia.

Para Belgrado, con el despliegue policial del pasado martes, Pristina pretende cambiar a la fuerza la realidad en el norte y la estructura étnica de la zona.

Kosovo, por su parte, justificó esa medida en la necesidad de aplicar el veto aprobado a los productos serbios, una medida que responde a la prohibición de importar productos kosovares por parte de Serbia, que no reconoce ni la soberanía kosovar ni sus símbolos, como los sellos aduaneros.

Ahora se espera la llegada a la zona del mediador de la Unión Europea para Serbia y Kosovo, en un intento de rebajar la tensión y reactivar el diálogo entre Belgrado y Pristina.

Esos contactos, paralizados por la actual crisis, comenzaron con buenas perspectivas en marzo, bajo el auspicio de la UE y con el objetivo de descongelar las relaciones entre Serbia y su provincia separatista.

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