Este artículo se publicó hace 15 años.
Pang Jun, un pintor cuya vida refleja la tumultuosa historia china
Pang Jun, uno de los pintores chinos de mayor fama y riqueza artística, marca a sus 73 años el tumultuoso pulso de la historia de China con una vida que le llevó de su Shanghai natal a Pekín, Hong Kong y Taipei.
Pang, el graduado más joven de la Academia China de Bellas Artes con sólo 18 años, desea ser puente integrador entre las pinturas occidental y china, y viajar a España, país que es para él "un núcleo de cultura y arte", la cuna de Picasso, Miró y Dalí.
Tras 60 años de pintar y decenas de enseñanza, Pang exhuma serenidad y manifiesta una pasión vital por el arte que se ha convertido en su salvación.
No oculta su admiración por Picasso y Van Gogh, y agradece haber sido hijo de dos pioneros de la pintura china al óleo, Pang Xunqin, que estudió en París, y Qiu Ti, que estudió en Tokio.
"De pequeño en mi casa no había juguetes, sólo pinceles y pintura, pero mi padre nunca me enseñó. No quería interferir con el surgimiento de mi originalidad", dijo a Efe.
Recuerda que su progenitor le contó que en su estancia en París quiso enseñar su obra a alguien que pudiera ayudarle.
"Pero, al saber esa persona que llevaba mucho tiempo en París, se negó a ver el cuadro y le dijo que lo imaginaba como una imitación de la pintura occidental. Le recomendó que volviese a China y se empapase de su cultura", señaló Pang.
Ese mensaje de no copiar miméticamente lo extranjero se quedó marcado en el espíritu del joven pintor, que defiende la innovación y la inmersión en la propia cultura.
Las técnicas del óleo occidental toman un sabor oriental cada vez más acentuado en la obra de Pang, que busca la expresión lírica y musical sin abandonar las formas reales en la abstracción total.
"Picasso vivió en Francia durante muchos años, pero albergó siempre en su interior y su obra la cultura española, que se refleja en sus temas y su lenguaje pictórico", señaló el artista.
El crítico taiwanés Pedro Tseng califica el estilo de Pang Jun de "expresionismo oriental", con influencia del "impresionismo y fauvismo en los colores y la pasión y fuerza expresiva de la pintura occidental", junto con "la filosofía cultural y artística china."
Aunque desdeñada por Pang en su juventud, la pintura china se hace presente con fuerza creciente en su obra, por su carácter emotivo, ideal, impresionista y abstracto.
"Cuando pinto paisajes chinos utilizo tonos grises, que se corresponden con la atracción y suavidad de la poesía. La pintura china da mucha importancia al soplo vital y al sentimiento artístico, decimos que en un poema hay una pintura y en una pintura, un poema", dijo Pang.
Gusta del movimiento de la mano en el trazado como expresión del sentimiento y del ritmo, pero rechaza la pintura con aerosoles.
Según el crítico Shao Da-jen, Pang "confía en el matrimonio de pintura y tinta, método y óleo, y logra su integración".
Respetado en China por compañeros de la vieja guardia y jóvenes, Pang cree que el secreto de su éxito es "innovación e idealismo".
Nacido en 1936, hizo su primera exposición pública a los 12 años, en Shanghai, y vivió en China hasta 1980, "enfrentando muchas restricciones en la escuela y el ambiente", en medio de la efervescencia que convertía todo en política.
En 1980 y en pos de mayor libertad, Pang y su esposa Ji Hong, hija de un parlamentario nacionalista refugiado en Taiwán, emigró a Hong Kong, y en 1987 pasó a Taiwán, "el lugar de cultura china con mayor envergadura y donde mejor se conservaba la tradición".
Ahora sueña con mostrar su obra en España y enseñar a quienes estén interesados en aprender un arte que encierra la experiencia de la reciente historia de su país.
Francisco Luis Pérez
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