Este artículo se publicó hace 15 años.
El Papa despide su visita a Tierra Santa lamentando "la vergüenza de la división cristiana"
Benedicto XVI también ha aprovechado su último día para abogar por la paz en Oriente Medio
Benedicto XVI ha concluido su peregrinaje a Tierra Santa con un llamamiento a que la creación de un Estado palestino deje de ser un "sueño" y se convierta en una "realidad" que lleve la paz a la región.
"Permitidme hacer este llamamiento a toda la gente de estas tierras: ¡No más sangre derramada!. ¡No más luchas!. ¡No más terrorismo!. ¡No más guerra!. Dejadnos romper el círculo vicioso de la violencia. Dejad que haya paz duradera basada en la justicia y una genuina reconciliación", ha exclamado el Papa en el aeropuerto de Tel Aviv, justo antes de volar de regreso a Roma.
El Pontífice ha pedido tanto el "reconocimiento universal de que el Estado de Israel tiene derecho a existir, y a gozar de paz y seguridad en fronteras internacionalmente reconocidas" como el "derecho del pueblo palestino a un hogar nacional soberano e independiente, a vivir con dignidad y a viajar libremente".
"Dejad que la solución de dos Estados (israelí y palestino) se convierta en una realidad y no siga siendo un sueño", ha dicho frente al presidente de Israel, Simón Peres, y al primer ministro, Benjamín Netanyahu, quien rechaza esa fórmula.
En su discurso en el aeropuerto, el Papa ha repasado la visita a Tierra Santa -"fértil para el ecumenismo y el diálogo inter-religioso"- que comenzó el pasado día 8 en Jordania.
"Una de las visiones más tristes para mí fue el muro (israelí en Cisjordania). Cuando pasé a su lado, recé por un futuro en el que los pueblos de Tierra Santa puedan vivir juntos en paz y armonía sin la necesidad de tales instrumentos de seguridad y separación, sino respetando y confiando uno en el otro y renunciando a toda forma de violencia y agresión", ha resaltado.
Condenando el HolocaustoEl Obispo de Roma también tuvo palabras para su visita al Yad Vashem de Jerusalén, "uno de los momentos más solemnes" de su estancia en Israel, en el que tuvo "conmovedores encuentros" con supervivientes del Holocausto.
Benedicto XVI, cuyo discurso en el Yad Vashem fue percibido en Israel como poco contundente, ha insistido hoy en que el genocidio nazi "nunca debe ser olvidado o negado", pues fue un "espantoso episodio de la Historia" en el que "tantos judíos fueron brutalmente exterminados bajo un régimen sin Dios que propagó una ideología de antisemitismo y odio".
Por su parte, Peres ha pedido a Benedicto XVI que emplee su "gran liderazgo espiritual" para "ayudar a la gente a reconocer que Dios no está en el corazón de los terroristas".
Unidad para los cristianosPero no todo han sido llamamientos a judíos y árabes, sino que el pontífice también ha aprovechado su último día en Jerusalén para hacer un nuevo llamamiento a la unidad de los cristianos y ha dicho ante el patriarca ortodoxo Teófilo III que todos los seguidores de Cristo deben "redoblar" los esfuerzos "para perfeccionar la comunión" (unidad), ya que la división "es una vergüenza".
Benedicto XVI ha mantenido un encuentro ecuménico en el Patriarcado Greco-Ortodoxo de Jerusalén, donde se ha reunido con Teófilo III y dijo que a la hora de presentar el mensaje de reconciliación de Cristo, los cristianos "experimentamos la vergüenza de nuestra división".
"Tenemos que encontrar la fuerza de redoblar nuestro compromiso para perfeccionar nuestra comunión, para hacerla completa", ha afirmado el Obispo de Roma.
Ratzinger ha afirmado que estando al lado del Santo Sepulcro "quién no se siente empujado" a potenciar el compromiso ecuménico y ha abogado para que este encuentro de impulso a los trabajos de la Comisión Internacional Conjunta para el diálogo Teológico entre la Iglesia Católica y la Ortodoxa.
El Papa siempre ha dicho que la separación de los cristianos es una ofensa a Dios y un pecado.
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