Este artículo se publicó hace 16 años.
El Papa dice que el divorcio y el aborto son graves culpas que dañan al hombre
El papa Benedicto XVI manifestó hoy que el divorcio y el aborto siguen siendo "culpas graves que dañan la dignidad del ser humano" y señaló que la Iglesia tiene el "deber primario" de acercarse a esas personas para ayudarlas.
El Obispo de Roma hizo estas manifestaciones en el discurso que dirigió en el Vaticano a los participantes a un congreso del Instituto Pontificio Juan Pablo II para Estudios sobre el Matrimonio y la Familia que ha tenido como lema "El aceite sobre las heridas, una respuesta a la plagas del aborto y del divorcio".
Tras afirmar que vivimos en un contexto cultural "marcado por el creciente individualismo, el hedonismo y la falta de solidaridad y apoyo social", el Pontífice señaló que el divorcio y el aborto son elecciones de naturaleza diferente, maduradas en circunstancias difíciles y dramáticas que comportan muchas veces traumas y son fuente de profundo sufrimientos para quien las realiza.
El divorcio y el aborto -agregó- afectan a víctimas inocente, "el niño apenas concebido y aún no nacido y a los hijos implicados en la ruptura de las relaciones familiares".
Todos dejan heridas que marcan la vida, prosiguió el Papa, que agregó que el "juicio ético de la Iglesia es claro a todos":
"Se trata de culpas graves que, en medidas diferentes y salvadas las responsabilidades subjetivas, dañan la dignidad del ser humano, implicando una profunda injusticia en las relaciones humanas y sociales y ofenden a Dios".
La Iglesia, aseguró el Papa, se preocupa siempre de los más débiles e inocentes, "que son víctimas de las injusticias y el pecado", y también de los hombres y mujeres "que habiendo tenido esos comportamientos, con los que se han manchado de culpas, buscan la paz y la posibilidad de recuperarse.
Al lado de esas personas, subrayó el Papa, estará siempre la Iglesia "con amor y delicadeza".
Benedicto XVI también se refirió a los "hijos del divorcio" y dijo que hay que a esas "víctimas inocentes del conflicto entre los padres" hay que prestar atención para que no sufran, para que continúen la relación con sus padres y con las dos familias, "ya que todo ello es indispensable para que tengan un equilibrado crecimiento psicológico y humano".
Del aborto dijo también que es un "drama" que dejan huellas profundas, "que muchas veces no se borran nunca", tanto en la mujer que lo realiza como en las personas que la circunda.
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