Este artículo se publicó hace 15 años.
El Papa y el primer ministro de Canadá analizan los resultados del G-8
El papa Benedicto XVI recibió hoy en el Vaticano al primer ministro de Canadá, Stephen Harper, con quien analizó los resultados de la cumbre del G-8 celebrada en L'Aquila (centro de Italia), la ayuda a África, el cambio climático, el desarme y la no proliferación nuclear.
Benedicto XVI y Harper hablaron a solas durante veinte minutos en la biblioteca del Pontífice, en un ambiente de "cordialidad", informó el Vaticano, que agregó que tras la audiencia el político canadiense se reunió con el secretario de Estado de la Santa Sede, cardenal Tarcisio Bertone, y el "ministro de Exteriores", arzobispo Dominique Mamberti.
"Durante los cordiales coloquios se analizaron algunos de los temas internacionales discutidos en el G-8 y los resultados de la cumbre, en particular la crisis económico-financiera y sus implicaciones éticas, la ayuda a los países en vías de desarrollo, sobre todo a África, el cambio climático, el desarme y la no proliferación nuclear", precisó el Vaticano en un comunicado.
Asimismo, el Papa y Harper hablaron de Oriente Medio y las perspectivas de paz en la región y del tema de la libertad religiosa en algunos países.
Sobre Canadá, Benedicto XVI y el primer ministro intercambiaron puntos de vista acerca de los valores éticos, la defensa y promoción de la vida, el matrimonio y la familia.
Harper, quien participó en la cumbre del G-8, llegó al Vaticano acompañado de su esposa y dos hijos.
Nada más ser recibido en la sala del "Tronetto" y pasar a la biblioteca privada, lugar de la audiencia, el Pontífice le preguntó sobre el encuentro del G-8 y Harper le dijo: "creo que ha estado muy bien".
Harper regaló al Papa un jarrón realizado por el diseñador canadiense Andre Kuntz en estilo moderno, mientras Benedicto XVI le correspondió con una pluma y entregó a la esposa e hijos rosarios y medallas.
Con motivo del G-8, destacados políticos han acudido al Vaticano para entrevistarse con Benedicto XVI.
El primero fue el jefe del Gobierno de Japón, el católico Taro Aso, con quien el Pontífice analizó la crisis económica mundial y el compromiso de Tokio y de la Santa Sede para ayudar a África.
Después recibió al primer ministro de Australia, Kevin Rudd, con quien abordó la situación internacional, el respeto a la libertad religiosa y el problema del medio ambiente.
Le siguió el presidente de Corea del Sur, Lee Myung-bak, con quien el Papa analizó la situación política y social de la península coreana y los efectos de la crisis económica en los países más débiles.
Ayer pisó por primera vez el Vaticano el presidente de EEUU, Barack Obama, ante quien el Papa hizo una defensa de la vida y el derecho a la objeción de conciencia.
Asimismo hablaron de bioética, inmigración, la situación en Oriente Medio, la crisis económico-financiera a nivel global y sus implicaciones éticas, la seguridad alimentaria, la ayuda al desarrollo de África y América Latina y el problema del narcotráfico.
Sobre la defensa de la vida, Obama aseguró al Papa que se compromete a reducir el número de abortos en EEUU.
Durante la cumbre del G-8, entre el 8 y el 10 de julio, el Papa también recibió a las esposas de varios de los jefes de Estado y de Gobierno asistentes, entre ellas las primera dama de México, Margarita Zavala de Calderón.
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