Este artículo se publicó hace 17 años.
El Papa y el rey Abdalá abogan por una "solución justa" al conflicto palestino-israelí
Benedicto XVI recibió hoy en audiencia al rey Abdalá de Arabia Saudí, en la primera visita que realiza un monarca de ese país al Vaticano y en la que coincidieron en la necesidad de encontrar "una solución justa" a los conflictos que "atormentan" Oriente Medio, entre ellos el palestino-israelí.
Así lo señaló el Vaticano en un comunicado tras el encuentro, en el que se especificó que Abdalá bin Abdulaziz Al Saud también se reunió con el secretario de Estado vaticano ("primer ministro" de la Santa Sede), cardenal Tarcisio Bertone, y el "ministro de Exteriores", arzobispo Dominique Mamberti.
El Papa y el rey de Arabia Saudí hablaron a solas en la biblioteca privada del Pontífice durante media hora y, según el Vaticano, la conversación se desarrolló en un clima de cordialidad y en ella se analizaron los asuntos "que preocupan a los dos interlocutores".
"Se reiteró el compromiso en favor del diálogo interreligioso e intercultural, cuyo objetivo es la pacífica y fructífera convivencia entre hombres y pueblos, así como el valor de la colaboración entre cristianos, musulmanes y judíos en la promoción de la paz, la justicia y los valores espirituales y morales", informó el Vaticano.
El Pontífice y el rey Abdalá también resaltaron el papel de la familia y el apoyo que necesita.
Asimismo, analizaron la situación en Oriente Medio y "coincidieron" en la necesidad de encontrar una solución justa a los conflictos que atormentan a la región, "especialmente al israelí-palestino".
La visita de Abdalá de Arabia Saudí al Vaticano es considerada histórica, ya que es la primera vez que un mandatario de ese país, "custodio de las sagradas mezquitas de La Meca y Medina", pisa la Santa Sede y es recibido por el Papa.
El Vaticano y Arabia Saudí no mantienen relaciones diplomáticas.
El monarca llegó al Vaticano a mediodía local de hoy, donde fue recibido en el patio de San Dámaso por el prefecto de la Casa Pontificia, arzobispo James Harvey, que le acompañó atravesando las monumentales habitaciones del Palacio Pontificio, entre ellas la Sala Clementina, hasta la Biblioteca Pontificia.
En la Sala del Tronetto, que da a la biblioteca, le esperaba el Papa, quien le dio un caluroso apretón de manos.
El monarca vestía de manera tradicional, una túnica azul bajo una capa blanca bordada en oro.
Tras el saludo ante cámaras y fotógrafos, pasaron a la biblioteca privada, donde, acompañados de dos intérpretes, hablaron a puerta cerrada durante media hora.
Después entró el séquito del monarca, compuesto por doce hombres, que saludó al Pontífice y se procedió a la entrega de regalos.
El rey Abdalá regaló al Papa una escultura que simboliza una palmera y un camello en oro y plata y una espada en oro con empuñadura de piedras preciosas.
Benedicto XVI le correspondió con un grabado de 1550 que representa el Vaticano y con la medalla en oro del Pontificado.
El Pontífice tocó la espada levemente y no hizo ningún comentario.
Tras el encuentro, el monarca se reunió con el cardenal Bertone y el arzobispo Mamberti.
El diario vaticano "L'Osservatore Romano" da hoy gran importancia a la visita y resalta que se produce pocos días después de que 138 líderes musulmanes de 43 países hayan resaltado en un encuentro la importancia del diálogo entre cristianos y musulmanes.
Aunque es la primera vez que Abdalá pisa el Vaticano como monarca, cuando era príncipe heredero se entrevistó con Juan Pablo II en 1999.
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