Este artículo se publicó hace 14 años.
El paro pondrá a prueba la promesa de reducir déficit en España
Por Jason Webb
El meteórico ascenso del desempleo va a complicar que España cumpla sus promesas de reducción del déficit público, en un momento en el que cuesta encontrar a algún analista que crea en las previsiones de crecimiento sobre las que se han elaborado los objetivos presupuestarios.
Este lunes el Ministerio de Trabajo anunció que el paro superó en enero los 4 millones de personas, una cifra que no pinta nada bien para un Gobierno que anunció la semana pasada un plan de ahorro fiscal de 50.000 millones de euros sin indicar detalles sobre cómo se realizará este recorte.
Las previsiones del Gobierno se basaban además en un escenario de crecimiento del 3 por ciento para 2012, una proyección que los analistas consideran demasiado optimista para una economía poco competitiva que aún sufre la resaca de la burbuja inmobiliaria.
El anuncio del plan de austeridad se produjo justo después de que el presidente José Luis Rodríguez Zapatero regresara de la cumbre mundial de Davos, donde tuvo que dar una imagen de tranquilidad ante los inversores para que no teman una situación similar a la de Grecia.
El recorte del gasto va a ser especialmente complicado teniendo en cuenta que el país que más empleos creó en Europa durante diez años desde mediados de los noventa está ahora destruyéndolos más rápido que ninguna otra economía del continente.
Por ahora, España se ha librado de una venta masiva de sus bonos públicos gracias a unos ratios de deuda pública con relación al PIB que está en un nivel relativamente bajo del 60 por ciento, la mitad de la de Grecia.
El spread de las obligaciones públicas españolas a 10 años sobre el bund alemán se situaba en torno a los 85 puntos básicos el martes, algo menos que la semana pasada en un contexto de recuperación de los activos de riesgo en todo el mundo, y muy lejos de los 270 puntos básicos a los que cotiza la deuda griega sobre la referencia germana.
"No hay duda de que el Gobierno esté comprometido a reducir el déficit... pero las previsiones de crecimiento son muy optimistas", dijo Gilles Moec, economista de Deutsche Bank.
"Esperan que el PIB vuelva a los niveles de antes de la crisis en 2012".
Cuesta encontrar un analista que crea que España pueda cumplir su objetivo de reducir su déficit público al 3 por ciento del PIB para 2013. Pero muchos creen que el Gobierno socialista, que no se someterá a elecciones generales hasta 2012, aún tiene tiempo para hacer recortes que reduzcan la tensión en el mercado de deuda.
ESPACIOS EN BLANCO
"Empezaría a ser suficiente si hubiera un cambio de signo importante, no para reducirlo al 3 por ciento, que no lo veo, pero por lo menos un cambio de signo muy importante, y los mercados se tranquilizarían", dijo Xavier Mena, catedrático del Departamento de Economía de ESADE.
Para sorpresa de muchos, el pasado viernes el Gobierno distribuyó unas tablas de previsiones en las que se indicaba un déficit 11,4 por ciento del PIB para el año pasado y un 3 por ciento para 2013, pero en los años intermedios se dejaban espacios en blanco.
El Ejecutivo indicó que este vacío se debía a que aún no se había determinado cómo lograr que los gobiernos regionales recorten el gasto.
También faltan detalles sobre recortes específicos en los programas del Gobierno central, aparte del compromiso de recortar el gasto en los funcionarios.
Analistas consultados indicaron que hace falta conocer cuál es la sustancia de estos planes.
"Es factible, pero nos faltan muchos datos y probablemente vamos a pasar por un momento de tensión social en España", dijo José Luis Martínez, de Citigroup, que pese a todo considera que el Gobierno tiene a su alcance la posibilidad de realizar los recortes previstos.
"Es factible pero depende de muchos factores. Uno de ellos es que haya mayor coordinación con las administraciones territoriales y ayuntamientos, y en segundo lugar realmente un ajuste de las características del que estamos hablando requiere atacar el gasto social y eso va a tener enfrente una fuerte oposición de los sindicatos", añadió.
Hasta ahora, Zapatero ha logrado mantener el apoyo de los sindicatos al prometer que no cedería frente a las demandas de una reforma laboral que suponga un coste menor del despido.
Pero el humor de los líderes sindicales será menos cooperante a medida que el desempleo se acerque al 20 por ciento.
Los sindicatos, los partidos políticos en la oposición y la opinión pública han reaccionado con indignación ante el inesperado anuncio del Gobierno de que va a extender la edad de jubilación de los trabajadores españoles de 65 a 67 años de manera obligatoria.
Un grupo de la red social Facebook con el nombre "Va a trabajar tu puta madre hasta los 67 años" logró más de un cuarto de millón de miembros este martes.
Según Mena, va a ser muy difícil evitar el conflicto social y el Gobierno tendrá que sustituir a algunos de sus miembros, entre ellos a la ministra de Economía Elena Salgado.
"Si se queda Salgado, este cambio no va a ser creíble", dijo.
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