Este artículo se publicó hace 15 años.
El partido del Kremlin afianza su poder en los comicios locales
El partido en el poder en Rusia reforzó su control en puestos electos con grandes victorias en las elecciones locales del domingo pese a la crisis económica, pero la oposición se quejó de fraudes generalizados.
Analistas políticos dijeron que el nivel de quejas sobre la campaña y violaciones de normas electorales hacían más difícil extraer conclusiones de los resultados de las elecciones para ayuntamientos, alcaldías y nueve parlamentos regionales.
Los comunistas, en la oposición, eran los que mejor colocados estaban para beneficiarse del creciente descontento, pero los resultados les dieron un distante segundo puesto en la mayoría de las regiones.
Los resultados preliminares conocidos el lunes mostraron que el partido Rusia Unida, liderado por el primer ministro Vladimir Putin, iba por delante por grandes márgenes en las nueve elecciones a los parlamentos regionales. La participación fue del 55,7 por ciento, por encima de los últimos comicios comparables.
El apoyo a Rusia Unida iba desde el 42,5 por ciento en el distrito de Nenets en el Ártico al 79,5 por ciento en la acaudalada y principalmente musulmana república de Tatarstan. Las cifras sobre alcaldías y ayuntamientos no estaban disponibles inmediatamente.
Las elecciones eran las primeras desde que la crisis económica golpeó a Rusia a finales del año pasado. Dos millones de personas han perdido sus empleos, el rublo se ha devaluado y muchos salarios se han reducido, y el Kremlin está preocupado por si las dificultades económicas alimentan las protestas.
"No había elecciones a gran escala, así que el potencial de violaciones era mucho mayor", dijo la comentarista independiente Yulia Latynina. "Nadie estaba prestando atención realmente", añadió.
"Honestamente no sé qué piensa la gente ahora, pero estoy segura de que los resultados de estas elecciones no reflejan lo que piensan".
DENUNCIAS DE IRREGULARIDADES
Líderes del Partido Comunista dijeron que las cifras oficiales no coincidían con sus propios recuentos.
Sergei Obukhov, miembro del comité central del partido, dijo que había "grandes dudas" sobre la legitimidad de sus elecciones y que las violaciones habían sido "mucho mayores" que en anteriores votaciones.
"Cuando en (la región occidental de) Bryansk, por ejemplo, los trabajadores fueron obligados a ir a trabajar un domingo y votar en allí en un colegio electoral controlado por las autoridades, no puedes llamar a eso unas elecciones", declaró.
Sergei Ivanov, un parlamentario del partido derechista LDPR, dijo que había habido persuasión descarada de votantes.
El jefe de la Comisión Central Electoral, Vladimir Churov, un antiguo contemporáneo universitario de Putin, dijo que no había recibido informaciones de ninguna violación.
Rusia Unida dijo que la oposición había violado normas electorales con sobornos a votantes que incluyeron vino barato adulterado y chocolate caducado.
Ningún observador internacional vigiló la votación. Golos, el principal grupo de supervisión electoral ruso no gubernamental, dijo que las violaciones parecían similares a las de las presidenciales de 2008, que ganó Dmitry Medvedev entre quejas internacionales de parcialidad.
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