El Movimiento Nacional Unido de Georgia, del presidente Mijaíl Saakashvili obtiene un 64 por ciento de los votos en los comicios parlamentarios del miércoles, cuando está escrutado el 40 por ciento de los sufragios, informó hoy la Comisión Electoral Central (CEC).

En segundo lugar se coloca la Oposición Unificada, con apenas un 13,8 por ciento, seguida de los también opositores Movimiento Demócrata Cristiano, con un 8,06 por ciento, y del Partido Laborista, con un 6,1, indicó el portavoz de la CEC, Zurab Kachkachishvili.

Por el momento, ninguno de los otros partidos, ni siquiera los republicanos, que también parecían tener posibilidades, ha conseguido superar la barrera mínima del cinco por ciento para acceder al Parlamento de este país del Cáucaso.

Saakashvili se dirigió a primeras horas de esta mañana a los georgianos para agradecerles la activa participación en los comicios, al tiempo que expresó su disposición de colaborar con todos los partidos.

"El nuevo Parlamento georgiano será bastante más pluralista, pluripartidista. Tal y como se puede ver, además del partido dirigente accederán varias otras formaciones y estoy dispuesto a colaborar con todas ellas", afirmó.

Tras conocerse anoche los resultados de los sondeos a pie de urna, que coinciden con los datos oficiales hoy anunciados, la oposición acusó a las autoridades de fraude y amenazó con protestas masivas por todo el país.

Sólo 75 de los 150 diputados del Parlamento unicameral de Georgia son elegidos por listas de partidos, mientras que la otra mitad son elegidos en circunscripciones mayoritarias.

La CEC anunció que hará públicos más tarde los resultados de las circunscripciones mayoritarias, en las que se espera que accedan al Legislativo varios de los principales líderes de la oposición.

Los comicios parlamentarios han sido supervisados por más de 3.000 observadores extranjeros, que tienen previsto anunciar hoy su valoración de las elecciones, y por aproximadamente otros 3.000 locales.

No participaron en los comicios Abjasia y Osetia del Sur, regiones separatistas que se escindieron de facto de Georgia a comienzos de los años 90 tras sendos conflictos armados en los que, según Tiflis, tuvieron la ayuda de Moscú.