Este artículo se publicó hace 13 años.
Los partidos empiezan la campaña hablando del árbitro
Primer día de la campaña electoral y, por el momento, manda Bildu, o más bien la decisión del Tribunal Constitucional de permitir la participación electoral de todas las listas de la coalición.
Como siempre, unos son partidarios, otros no y los hay que, como en el fútbol, "no hablan de los árbitros".
En ese último grupo se sitúa el Gobierno que dice respetar la sentencia y punto, aunque algunos quieren ver su mano detrás de la decisión del Constitucional, algo que Alfredo Pérez Rubalcaba califica de "insidia".
"¿Por qué?" -léase más agudo al final-, se preguntan asociaciones de víctimas y varias voces en el PP ante el fallo del alto tribunal, e incluso los propios portavoces de Bildu dan por hecha la clave política en esta decisión que les favorece.
La dirección del PP, a través de su líder, Mariano Rajoy, no señala directamente al Ejecutivo como responsable, pero califica la decisión de "paso atrás" para la lucha contra ETA, aunque la respeta y pide que se esté vigilante por sí se puede hacer algo de aquí al día 22.
Zapatero, que hará apariciones intermitentes en la campaña, ha visitado León, su ciudad, en la que ha anunciado que vivirá permanentemente dentro de un año y en la que, al menos hoy, no ha llenado.
Ha eludido hablar de Bildu, salvo para subrayar que, campaña tras campaña, el PP utiliza la lucha antiterrorista.
En términos más generales, a las pocas horas ya empiezan a estar claros algunos mensajes e intenciones.
El PP pide sin complejos que la gente vaya a las urnas pensando en que esta es la primera vuelta de las elecciones generales y en que, aunque el candidato socialista de su pueblo no haya decidido los recortes ni gestionado la crisis económica, algo habrá hecho.
Mariano Rajoy llegó a Extremadura y, tras degustar por la mañana el jamón y los caldos de la tierra, aseguró por la tarde que el cambio en esta comunidad "va a ser la monda".
Y es que, con el viento de las encuestas a favor incluso en este tradicional bastión socialista, Rajoy va a por todas y es consciente de que, de darse una victoria del PP, Extremadura podría ser "la puerta del cambio".
Si algún alcaldable socialista pensaba que podía irse de rositas y que los votantes se iban a centrar en la tasa de basuras o en la farola de la esquina, va listo.
Incluso los dirigentes federales del PSOE parecen, al menos este primer día, dispuestos a entrar en el debate de las grandes políticas y a rebatir directamente al PP y, por eso, Zapatero habla de paro y dice que es consecuencia de "los excesos del pasado".
Rubalcaba también habla de economía y asegura en Pamplona: "No podemos dejar a la derecha la salida de la crisis porque acabará con el Estado de Bienestar", mientras que José Blanco remacha en Mallorca que las cosas irían peor con el PP.
El presidente de Melilla y candidato del PP a la reelección, Juan José Imbroda, ha sido el peor parado de este inicio de campaña, ya que un banderín de una formación rival -Coalición por Melilla- le impactó anoche en el entrecejo y le provocó una pequeña herida.
Esperemos que la cosa no pase a mayores.
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