Este artículo se publicó hace 13 años.
El parto con fórceps reduciría el riesgo de lesión cerebral en el bebé
Por Amy Norton
Cuando los bebésnecesitan ayuda para nacer, el uso de fórceps sería menosriesgoso para los recién nacidos que el parto por vacío ocesárea.
En el 2007, un tercio de los bebés de Estados Unidos naciópor cesárea, comparado con el 21 por ciento la década anterior.
Pero eso fue a pesar de la falta de pruebas de que lospartos por cesárea o vacío fueran realmente más seguros que elfórceps para el bebé, indicó la doctora Erika F. Werner,obstetra de la Escuela de Medicina de Johns Hopkins, enBaltimore, quien dirigió el estudio.
Con datos de más de 400.000 partos de mujeres primerizas, elequipo de Werner halló que los bebés que habían nacido con ayudade fórceps eran un 45 por ciento menos propensos a sufrir unaconvulsión que los niños nacidos con ayuda de una bomba de vacíoo por cesárea.
Por otro lado, los bebés nacidos por cesárea eran menospropensos a sufrir de un tipo de sangrado cerebral llamadohemorragia subdural.
Werner aclaró que el riesgo de tener cualquiera de estascomplicaciones fue bajo, sin importar el tipo de partoutilizado.
De hecho, el 0,12 por ciento de los 15.000 bebés nacidos conayuda de fórceps tuvo una convulsión al nacer, comparado con el0,3 por ciento de los bebés nacidos con ayuda de la bomba devacío o por cesárea.
El porcentaje de hemorragias subdurales e intraventricularesfue aún más bajo.
"La tasa de cesárea está aumentando, sin evidencias de unasuperioridad real", dijo Werner, cuyos resultados aparecenpublicados en la revista Obstetrics & Gynecology.
Las cesáreas tendieron a provocar menos sangrado subduralque el uso de fórceps o la bomba de vacío. Menos del 0,1 porciento de esos bebés tuvo una hemorragia subdural, comparado conel 0,14 por ciento de los partos con fórceps y el 0,19 porciento de los partos asistidos con bomba de vacío.
Lo importante, según dijo Werner, es que las mujeresconversen con el médico sobre todas las opciones de nacimientode su hijo antes de empezar con el trabajo de parto y en caso deque necesiten de alguna intervención para resolver unacomplicación en el parto.
El estudio incluyó a mujeres residentes de la ciudad deNueva York que habían tenido un bebé entre 1995 y el 2003, ydemostró un patrón similar. El uso de fórceps se redujo con eltiempo, hasta llegar al 2 por ciento de los partos en el 2003.
FUENTE: Obstetrics & Gynecology, diciembre del 2011
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