Este artículo se publicó hace 13 años.
Pasar página
La sospecha de que la victoria abrumadora del PP en las elecciones municipales y autonómicas del 22 de mayo de 2011 iba a ser el prólogo de lo que ocurriría el próximo domingo, 20 de noviembre, se va afirmando con creces. El común denominador de todas las encuestas no puede ser más explícito: pasar página. Seamos precisos: pasar página a la incapacidad de los socialistas para sacar a España de la depresión.
Aparte de negar la crisis primero y su profundidad después, buena parte de la acción del Gobierno de Zapatero desde mayo de 2010 ha consistido en anunciar que la recuperación estaba a la vuelta de la esquina. Y en lugar de esta, los ciudadanos han visto que la crisis seguían en aumento: si a 30 de septiembre pasado la Encuesta de Población Activa (EPA) rozaba los cinco millones de parados, a finales de enero de 2012, es decir, fuera del radar de estas elecciones, se podrá confirmar que 2011 termina con más de 5,1 millones largos. Porque en esas fechas se conocerá la EPA del cuarto trimestre del año, que ha arrojado subidas incluso cuando la actividad crece a ritmos del 3,5 o 4%. Más todavía con una economía española y europea en franca recaída en estos cuatro últimos meses de 2011.
Una parte de los votantes del PSOE se aprestan a dar al PP la oportunidad de superar la crisis
Estamos, pues, ante un veredicto anunciado en las urnas. Los dirigentes socialistas tratan de evitar la conclusión de que el pescado está todo vendido mediante la apelación al voto de la izquierda. Felipe González insiste, como hiciera en 1996, en el voto útil, atacando lo inservible que es votar a otro partido de izquierda.
Benoît Hamon, portavoz del Partido Socialista francés, explicó poco después de los resultados del PSOE en las municipales y autonómicas de mayo qué había ocurrido. "La derrota electoral de los socialistas españoles es consecuencia directa de la puesta en marcha de políticas de austeridad que le han impuesto al Gobierno. No puede ser que el único pilar de una buena política sea la reducción del déficit y de la deuda, y olvidar el empleo, las condiciones de vida de los trabajadores, el nivel de las pensiones y la capacidad adquisitiva de los salarios", explicó.
La explicación de HamonHamon publicó hace mes y medio un libro titulado Tourner la page (Pasar página), donde plantea la encrucijada de las elecciones presidenciales de mayo próximo: si se logra dejar atrás a la derecha dura de Sarkozy, ¿cómo escapar después a la izquierda fofa? "En España, Portugal y Grecia, la oposición a las medidas de austeridad está dirigida contra el FMI y la Comisión Europea, pero también contra los gobiernos socialistas. La izquierda europea ya no niega que sea necesario, como ha sostenido la derecha, sacrificar el Estado del bienestar para equilibrar el presupuesto y agradar a los mercados. Hemos bloqueado el progreso en varias partes del mundo".
Prefieren al dueño de la patente de la austeridad que al que ejecuta la copia
A la inversa, en España, una parte de los votantes del PSOE, que ha respondido a la crisis de forma tardía y a regañadientes, con el ajuste y la austeridad impuestas por Bruselas, se aprestan a pasar página y ofrecer al PP la oportunidad de superar, como promete, la crisis. Los electores no tienen por qué conocer la profundidad y las diferencias de esta crisis, que es una depresión en toda regla, con otras recesiones cíclicas anteriores, como la de 1992/1993. Una vez más, parecen creer que más vale un programa de austeridad cuya patente original es del PP que la copia aplicada durante estos 18 meses por el PSOE.
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