Este artículo se publicó hace 16 años.
Patti Smith habló, cantó y llamó a movilizarse "porque la música no basta"
Patti Smith se convirtió hoy en heroína de la Berlinale, donde ofreció un improvisado mini-concierto en directo, guitarra al hombro, y desde donde llamó a movilizarse por la paz, "porque en la situación actual la música protesta no basta".
Cercana y a la vez diva, la cantante estadounidense protagonizó una sabrosa conferencia de prensa para presentar "Dream of Life", el documental que lleva como estandarte desde hace once años. En la rueda de prensa, Smith demostró tener tiempo y capacidad para todo, así como que ella no cabe en una etiqueta.
"Es cosa de periodistas vagos llamarme reina del punk o del punk-rock. Yo siempre estuve más allá de las etiquetas, las que sean. Empecé antes que el rock, soy además fotógrafa, poeta, amo muchas músicas, también el "Parsifal" de Wagner", explicó.
Pacifista de por vida, o así se define, Patti Smith convirtió la plataforma de la Berlinale en tribuna política para asegurar que, a pesar de no tener definido su candidato para las elecciones de EEUU -"tienen que trabajar aún para convencerme"-, sí sabe "el mal que ha hecho (el presidente George W.) Bush en Irak".
"En la situación mundial como la actual, la canción protesta no es suficiente. Hay que pasar a la acción. Con boicots, con marchas pacifistas, de muchas maneras. La poesía es inspiradora, pero nada más", afirmó.
Patti Smith no se limitó a hablar. También se escenificó a sí misma, jugando a fotografiar al despliegue de prensa con una vieja cámara de fotos, poniéndose y quitándose las gafas de sol o incluso cantando, sin más aditamento que su voz, una estrofa del "Because the night".
Luego, ya para cerrar, se colocó la guitarra y cantó entera "My Blakeen Year", como regalo a sus muchos seguidores que a buen seguro no irán al concierto berlinés, paralelo al festival.
En medio, tuvo asimismo tiempo para hacer lo debido: hablar del filme que la ha llevado a la Berlinale, proyectado en la sección Panorama.
Se trata de una película nacida de varias experiencias dolorosas, la muerte de su padre y de su esposo, en 1995. "Tenía que recuperar fuerzas, volver al escenario, luchar por mis dos hijos. Y necesitaba nuevas y buenas fotografías".
Fue así, a través de un amigo, como entró en contacto con Steven Sebring, el cámara que además de fotografiarla la ha seguido durante once años hasta compactarlo todo en el documental de 109 minutos presentado en el festival.
"Es un documental íntimo. Nos hicimos amigos de inmediato, conectamos y este es el resultado", explicó Sebring.
Muchas imágenes en blanco y negro, preferentemente, y más intimidad que escenas de concierto: eso es lo que busca el documental, que incluye, según confesaron Smith y Sebring, alguna "escena robada", como una fugaz aparición de Bob Dylan.
"Sencillamente, no estábamos autorizados a grabarlo. El se dio cuenta, pero hizo como que no", explicó la cantante, quien en la Berlinale evidenció hasta qué punto es capaz de aceptar y regalar cercanías, sin traicionar a la diva que lleva dentro.
Para sus días en Berlín tiene en agenda no sólo la presentación del filme y su concierto paralelo, sino también hacer algo que le gusta: visitar la tumba de Bertolt Brecht.
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