Este artículo se publicó hace 17 años.
Pekín acusa al líder de la Juventud Tibetana de ser el "cerebro" de los disturbios en Lhasa
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Las revueltas de mediados de marzo en Lhasa fueron coordinadas por Tsewang Rinzin, presidente del Congreso de la Juventud Tibetana en el exilio, encargado de buscar financiación para la "ofensiva" planeada este año aprovechando los JJOO de Pekín, aseguró hoy la web oficial del Gobierno chino (www.gov.cn).
Un comunicado de esa web, firmado por la agencia oficial china, Xinhua, afirmó que los disturbios ocurridos el 14 de marzo en Lhasa fueron preparados con meses de antelación por una oficina provisional creada por cinco organizaciones tibetanas, que nombró a Tsewang principal responsable.
La Asociación de Mujeres Tibetanas, los Estudiantes por un Tíbet Libre, el Partido Democrático Nacional del Tíbet y el Movimiento Gu Chu Sum fueron, junto al Congreso de la Juventud Tibetana (TYC), las organizaciones implicadas en la preparación de los disturbios, señaló el informe.
"Un día antes del 14 de marzo, el TYC, una organización que defiende abiertamente la violencia, decidió crear guerrillas para infiltrarse en el Tíbet y comenzar luchas armadas" en una reunión en Dharamsala, residencia en el exilio del Dalai Lama, señaló el documento.
"También se elaboraron planes de reclutamiento y para comprar armas que introducirían en el Tíbet a través de la frontera chino-nepalí", añadió el documento.
Tsewang manifestó el 20 de marzo que la violencia había "logrado su propósito de despertar la resistencia en el pueblo del Tíbet y atraer la atención internacional" y añadió que los incidentes del día 14 "eran sólo el preludio de la lucha de este año".
El artículo lanza otras acusaciones y apuntó que el Movimiento Gu Chu Sum, una de las cinco organizaciones que estableció la oficina de coordinación de las protestas, recibió el 27 de febrero financiación de una organización estadounidense, la Fundación Nacional por la Democracia (NED), entidad no gubernamental pero que usa fondos del Congreso de EEUU.
Entre 2002 y 2006, según el documento del Gobierno chino, NED dio 1,36 millones de dólares a organizaciones tibetanas en el exilio.
El artículo no culpa directamente al Dalai Lama, líder espiritual y político de los tibetanos, de los disturbios, sólo señala que éste "cambió su estrategia":
Dos días después de los disturbios de Lhasa, calificó éstos de "manifestaciones pacíficas", pero otras dos jornadas después llamó a los manifestantes a cesar de la violencia.
El documento es una contraofensiva del Gobierno chino a lo que considera una "distorsión" de los hechos ocurridos el 14 de marzo en Lhasa por parte de muchos medios occidentales, que acusa de no haber sido exactos en sus informaciones.
Ante las acusaciones de "falsedad" lanzadas por Pekín, la prensa extranjera alega que el hecho de que China no permita la entrada libre de periodistas foráneos al extranjero es una de las causas de que las informaciones sobre los disturbios en Lhasa no estuvieran lo suficientemente contrastadas.
Según el Gobierno chino, los disturbios causaron 19 muertos, y en ellos grupos violentos quemaron tiendas y edificios públicos, principalmente atacando a chinos Han (etnia mayoritaria en China) y musulmanes Hui.
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