Pekín prohíbe asomarse al balcón y hacer volar cometas

Los vecinos de la avenida Changan, por la que pasará hoy el desfile militar, tienen prohibido asomarse a los balcones y a las ventanas para contemplarlo. Han recibido avisos oficiales por escrito en los que se anuncia que habrá francotiradores, insinuando que podrían disparar contra quien desobedezca la orden.

Policías paramilitares controlan las principales avenidas y cruces de la capital, miles de voluntarios se encargan de informar sobre cualquier incidente extraño y más de 6.000 sospechosos han sido arrestados, en una clara señal del pánico del Gobierno chino a que se produzcan atentados.

Las celebraciones del 60 aniversario llegan sólo tres meses después de las revueltas étnicas que sacudieron Urumqi, la capital de la provincia oriental de Xinjiang, en la que murieron casi 200 personas.

Pero las medidas de seguridad parecen desproporcionadas a pesar de los temores a que grupos descontentos, como las minorías étnicas tibetana y uigur, o activistas de derechos humanos aprovechen la ocasión para manifestarse o crear disturbios. En una muestra de hasta dónde llega la paranoia del Gobierno chino, las autoridades de Pekín han prohibido hacer volar cometas o palomas en el cielo, el transporte de mercancías por mar está bloqueado, se han cancelado los vuelos desde Pekín e incluso se ha ordenado a las principales cadenas de supermercados, como Carrefour o Wal-Mart, que retiren los cuchillos de las estanterías hasta después de lascelebraciones.

"Son medidas ridículas, que sólo ponen en evidencia lo inseguro se siente el Gobierno", explica a Público Li Datong, periodista pekinés que vio su carrera frustrada hace tres años por ser demasiado crítico.