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Peligran 27.000 empleos por las fusiones de cajas

Las numerosas uniones que se avecinan serán muy costosas por las prejubilaciones, que cuestan unos 250.000 euros por persona

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La tijera ha empezado a aplicarse en el sector financiero. Los dos procesos de fusión más avanzados, los de las cajas catalanas, ya anticipan un recorte de 2.429 empleos, entre un 15% y un 20% de sus plantillas. Las cifras pueden elevarse hasta un máximo de 27.000 despidos si se extrapolan estas cifras al conjunto del sector, algo que los expertos no descartan en absoluto.

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El problema para las cajas es que los costes son muy altos. La media es de 250.000 euros por persona, según los expertos. "Las prejubilaciones y las bajas incentivadas son medidas muy caras. La empresa paga el 80% del salario, además de la cotización de la Seguridad Social", asevera el profesor de la escuela de negocios Iese Sandro Gómez, consultor y experto en organización de personal. Considera que las entidades gastarán una parte importante de las ayudas que reciban del Fondo de Reestructuración Ordenada Bancaria (FROB) y del Fondo de Garantía de Depósitos (FGD) en pagar las prejubilaciones.

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La ocupación retrocederá a niveles previos al boom del ladrillo

Con un coste de 250.000 euros por baja, las cajas dedicarán 6.750 millones de euros a pagar el ajuste de personal.

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Lo más duro en las fusiones está por llegar. La unión de cajas implantadas en un mismo territorio puede conllevar reducciones de hasta un 40% de la red, señalan las previsiones. Sumando los bancos, la reestructuración se podría traducir en una pérdida de entre 30.000 y 35.000 puestos de trabajo de un total de 250.000 en el sector financiero, según los analistas.

La red engordó de forma desmesurada especialmente en apenas cuatro años, entre 2004 y 2007, cuando se crearon 18.525 nuevos empleos sólo en las cajas, que abrieron 3.100 oficinas. Los bancos inauguraron otras 1.370 sucursales, con 7.400 nuevos trabajadores. La reestructuración que atisban los expertos supone retroceder a niveles de ocupación en las cajas similares a los de 2001, justo antes del boom del ladrillo.

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El personal de los servicios centrales será el más afectado en las uniones

Hasta ahora, sólo los bancos han aplicado la tijera. En los seis primeros meses del año, su red se ha reducido en 509 oficinas. Las cajas, mucho más numerosas, han cerrado 326, con 1.227 personas afectadas. Buena parte corresponden a La Caixa, que no prevé fusiones, y que cerró 191 sucursales de un total de 5.530 y recortó 264 empleos. El resto de entidades sigue esperando a las uniones para decidir la magnitud del recorte.

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La fusión de Caixa Catalunya,Manresa y Tarragona prevé clausurar 1.643 oficinas, más de las que suman las dos últimas. La red resultante será más pequeña que la que actualmente posee Caixa Catalunya.Mientras, los empleos que propone recortar son 1.800, un 20% de la plantilla de las tres cajas. Fuentes del proceso defienden que se debe a que la nueva entidad "quiere nacer del todo solvente, sin tener que realizar más adelante más procesos de adecuación".

El coste del recorte para las cajas se estima en 6.750 millones

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Los 629 empleos que han pactado recortar Caixa Sabadell, Caixa Terrassa, Caixa Manlleu y Caixa Girona suponen el 15% del total. Pero en el proceso de concentración catalana las entidades son conscientes de que habrá una segunda ronda, en la que se unan nuevas cajas, con nuevas reducciones.

Mientras los gobiernos autonómicos impulsan fusiones de entidades implantadas en un mismo territorio, las operaciones topan con duplicidades que pueden comportar, en algunos casos, ajustes de hasta el 40% de la red, alerta un estudio de la consultora Everis. Lo curioso es que esos mismos gobiernos que se niegan a aceptar uniones entre cajas de diferentes comunidades autónomas, luego son los primeros en poner el grito en el cielo cuando las entidades hablan de los recortes de personal.

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El estudio de Everis hace estimaciones de las posibles fusiones según la relación entre el volumen de negocio y el número de entidades. Muchas en un mismo territorio y poco volumen de negocio significa poca eficiencia, lo que requeriría un ajuste mayor de oficinas. Sería el caso de una posible unión entre Caja España, Caja Duero y Caja Burgos, de la que esta última ya se ha desmarcado, o de Caixa Galicia y Caixanova, que poseen una red con gran implantación en el mismo territorio. La Confederación de Empresarios de Pontevedra y la Cámara de Comercio de Vigo se han posicionado en contra de la operación por la evidencia del gran recorte en sucursales y puestos de trabajo que puede entrañar.

Buena parte de las ayudas públicas se dedicará a pagar prejubilaciones

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En estos casos, las importantes repercusiones sobre la red sólo "pueden evitarse si la entidad resultante logra incrementar el volumen de negocio", explica Esther Garcés, autora del informe. Si no existen duplicidades, la fusión puede reducirse a sólo un 5% de cierres, explica Garcés. Pero, aun así, en cajas complementarias, la incidencia en el empleo puede ser importante por las duplicidades en los servicios centrales, que pueden acoger hasta el 20% o el 30% del personal, como explica el profesor de la escuela de negocios Iese Sandro Gómez. Estima que, según la fusión, los recortes podrían llegar hasta el 50%.

"Caja Navarra y Caja Canarias no se solapan territorialmente, pero sí habrá duplicidades en sus servicios generales", apunta Santiago Simón, profesor de Esade y experto en procesos de fusión. Simón resalta que la tardanza de la reestructuración de las cajas se debe a que, a diferencia de los bancos, no deben rendir cuentas a accionistas.

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Prácticamente todos los recortes que se acometerán tras las fusiones de cajas se ejecutarán mediante prejubilaciones y bajas incentivadas. Ninguna entidad se atreve a anunciar despidos porque los sindicatos no están dispuestos a aceptarlos. "La reestructuración del personal en la banca no es tan traumática como en el sector industrial. La plantilla se va a casa con buena parte de sus ingresos", señala Simón.

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