Este artículo se publicó hace 15 años.
Pelucas, litros de alcohol y desenfreno inauguran el carnaval alemán
Pelucas de todos las formas y colores, litros de alcohol y mucho desenfreno inauguraron hoy el tradicional carnaval alemán, que consigue desatar hasta al más "recto" de los germanos y que este año está protagonizado por la crisis.
Exactamente a las once y once minutos de esta mañana, las plazas de los Ayuntamientos de Colonia, Düsseldorf, Maguncia o Bonn aparecían atestadas de abejas maya, superhéroes o incluso travestis.
Cualquier disfraz es apto para descorchar una botella, al grito de "Alaaf" o "Hellau", y dar así la bienvenida a cinco días de festejos hasta el amanecer, todos ellos enmarcados bajo el lema de este año, "Do bes de platt" (que en dialecto renano significa "Estás sin habla").
Hoy, "Schmutzigerdonnerstag" (o "Jueves Sucio"), el alcalde de Colonia, Fritz Schramma, dio el pistoletazo de salida, aunque para los "carnavaleros" más puristas el carnaval ya comenzó el pasado 11 de noviembre, fecha en que empezaron todos los preparativos.
Esta noche en que se celebra el "Carnaval de las Mujeres" rinde homenaje a las féminas del lugar, que en un arranque de autoridad y desvergüenza toman los Ayuntamientos y se dedican a ir plantando besos y cortando la corbata a todos los hombres que se atreven a llevarla, ya sea de tela o de papel.
El origen de esta celebración -según explica la tradición oral- data de una rebelión de lavanderas que tuvo lugar hace siglos en el área de Beuel, actualmente un barrio de Bonn.
Como testigo de esta revolución de mujeres ancestral, aún queda en pie en esta pequeña ciudad un monumento a las lavanderas, que sirve como punto de partida para numerosos desfiles del "Jueves Sucio".
Pero esto es sólo el principio, pues el amplio calendario de festejos se prolongará hasta el próximo lunes, más conocido como el "Rosenmontag" ("Lunes de las Rosas").
El "Rosenmontag" culminará con el clásico desfile de carrozas, que recorren distintas ciudades para regalar golosinas y caramelos a los más pequeños y vasos de vino dulce a los mayores. Este año, debido a la crisis financiera, las comparsas de Colonia lanzarán a los niños un tercio menos de dulces.
Como es costumbre, muchas de las carrozas están dedicadas a la caricatura política, y buscan centrar la atención de los espectadores en algunos temas provocativos de la actualidad socio-política.
En esta ocasión, por ejemplo, la polémica se centra en la escultura de la canciller Merkel, que en un principio se había diseñado para presentarse desnuda y que finalmente, por orden de la dirección del Colonia, llevará el bikini puesto. Algunos han tachado esta medida de censura.
Junto a los tradicionales motivos coloneses, desfilarán otros personajes como Silvio Berlusconi o incluso el nuevo inquilino de la Casa Blanca, Barack Obama.
Asimismo, para conmemorar el 60 aniversario del "Lunes de las Rosas" -el primer desfile que tuvo lugar en Colonia tras la Segunda Guerra Mundial-, una de las carrozas llevará el eslogan: "Somos los nativos de la Trizonesia", en referencia a las tres zonas en que se dividió la antigua República Federal Alemana.
Para los alemanes, esta época se conoce como "la quinta estación del año" y, al ser tan aficionados a las actividades al aire libre, esperan su llegada con el mismo ansia que aguardan al verano.
El carnaval responde a una tradición milenaria y nació como una forma de despedir al invierno y recibir a la primavera, pero con el tiempo fue absorbido por el cristianismo, que lo acogió de buen grado para inaugurar su temporada de cuaresma con el miércoles de cenizas.
De forma paralela al carnaval renano, la zona de Baviera y la selva negra celebran otro tipo de carnavales que, aunque no tan populares, acogen durante estos días a cientos de personas que se visten de bruja y participan en la quema de escobas, que será el lunes próximo.
En cualquier caso, son días para desabrocharse la camisa, pero visto lo visto, también lo son para abrocharse el cinturón; una ocasión inmejorable para recordar una de las canciones típicas del carnaval, escrita en la austeridad de la posguerra, y que reza: "Quien ha pedido esto, quien lo va a pagar".
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