Este artículo se publicó hace 16 años.
Penas de 12 años para dos presuntos miembros del aparato de extorsión de ETA
El Tribunal Especial de lo Criminal de París condenó hoy a doce años de prisión a los miembros del aparato de extorsión de ETA Aitor Cortázar García y Zígor Merodio Larraona.
Las penas fueron inferiores a los 15 años de cárcel que había solicitado la Fiscalía para los dos etarras, ya que en el caso de Merodio la corte no le condenó por extorsión, uno de los cargos por los que estaba imputado, y en el de Cortázar sólo consideró probada la extorsión contra tres empresarios españoles chantajeados para el pago del impuesto revolucionario.
El tribunal dictó la prohibición definitiva de estancia en Francia para los dos etarras una vez que hayan cumplido sus sentencias, tal como había pedido el Ministerio Público, pero a diferencia de lo requerido por éste no impuso la obligación de que cumplan efectivamente al menos dos tercios de sus penas de prisión.
La sentencia se hizo pública menos de un día después del arresto en Burdeos (suroeste francés) del considerado número uno de ETA, Javier López Peña, y otros tres supuestos miembros destacados de la banda, en una operación resultado de la cooperación franco-española que asesta el mayor golpe a la cúpula de la banda desde 2004.
Merodio hizo una alusión al arresto al afirmar, antes de la lectura del veredicto, que no se conseguirá poner fin al "conflicto vasco" ni condenándolos a ellos, ni "con detenciones del estilo" de la de anoche, ya que "la solución se encuentra en los derechos de la ONU y se llama derecho de autodeterminación".
El fiscal, Christophe Tessier, en su requisitoria había destacado que a Cortázar (38 años), al ser detenido el 4 de abril de 2003 cerca de Burdeos, se le incautó una serie de documentos que demostraban que era "una persona que participaba en la elaboración de la estrategia del aparato financiero, en la elaboración de la estrategia de extorsión" de ETA.
Tessier precisó que Cortázar "había subido escalafones" en la estructura de extorsión, ya que mientras en 2001 se encargó de recibir 5.200 dólares de los propietarios de un restaurante navarro, dos años más tarde "era quien daba las órdenes" para las operaciones de cobro del "impuesto revolucionario".
Además de por extorsión, los jueces le declararon culpable de otros cargos, incluidas las violencias "voluntarias" perpetradas contra tres agentes municipales el día en que fue capturado tras intentar escapar en coche a un control policial fortuito.
A Merodio (33 años) el tribunal lo condenó por el resto de los delitos por los que había sido acusado, salvo el de extorsión, entre ellos un robo de coche a mano armada y el secuestro durante tres horas de la propietaria de otro vehículo, cometidos cuando escapó del control policial en el que cayó Cortázar.
Merodio fue arrestado finalmente en junio de 2006, también en Burdeos e igualmente en un control policial fortuito. El Tribunal Correccional de París lo condenó cuatro meses después de su arresto a dos años de cárcel por su pertenencia a ETA.
Hoy, además de condenarles a doce años de prisión, la corte les sentenció a indemnizar al agente municipal y a la joven que se habían constituido como acusación particular con 6.000 y 10.000 euros, respectivamente, además de 1.500 para cada uno por costas judiciales.
En su alegato, la abogada defensora, Xantiana Cachenaut, denunció "el desfase" entre lo reprochado a sus clientes y los hechos, lo que, según ella, ilustra "una máscara jurídica para esconder una voluntad de represión".
En contra de lo habitual en los juicios a etarras -la consigna es no entrar en el fondo de los cargos porque rechazan la legitimidad de los tribunales-, Cortázar sí intervino cuando se examinaban las acusaciones de violencias al haberse abalanzado con un coche contra los policías municipales que finalmente le arrestaron.
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