Este artículo se publicó hace 15 años.
La peor ola de incendios sufrida por Australia causa 84 muertos
Los peores incendios forestales registrados en la historia de Australia causaron 84 muertos, mientras el infierno arrasaba pueblos enteros, destruyendo cientos de viviendas y acabando con la vida de personas que intentaban huir en sus vehículos o refugiarse en sus hogares, dijo la policía el domingo.
El fuego destruyó varias localidades al norte de Melbourne el sábado por la noche, terminando con todo a su paso, obligando a una familia a cavar en una reserva de agua en una granja para sobrevivir y a otros a refugiarse en un cobertizo mientras los bomberos se colocaban entre ellos y una columna de llamas.
"Llovía fuego", dijo un superviviente, mostrando su camiseta chamuscada. "Nos escondimos en el olivar y vimos cómo se quemaba nuestra casa", agregó.
Restos de automóviles carbonizados llenaban localidades abrasadas el domingo, algunos apilados tras accidentes provocados por conductores que trataban frenéticamente huir de las llamas.
La policía dijo que la cifra de muertos podría aumentar mientras busca entre los escombros de los incendios y afirmó que había 20 personas gravemente heridas en hospitales. Cientos de bomberos aún luchaban el domingo por la noche contra decenas de focos de incendios en los estados de Victoria y Nueva Gales del Sur.
"Los estamos recuperando (los cadáveres) a medida que avanzamos", dijo un portavoz de la policía a Reuters.
Según testigos, las llamas alcanzaban los cuatro pisos de altura, se propagaban por el terreno a toda velocidad y dejaban brasas candentes hasta el horizonte.
"Pasó como una bala", dijo Darren Webb-Johnson, residente del pequeño poblado rural de Kinglake, a Sky TV.
"Se quemó la gasolinera, se quemó el mercado al otro lado de la carretera, (explotaron) cilindros a la izquierda, derecha y el centro y el 80 por ciento del pueblo ha sido consumido", agregó.
La cadena estatal ABC mostró imágenes de un pequeño pueblo, Marysville, destruido hasta sus cimientos.
"El infierno y su furia han visitado a la buena gente de Victoria", dijo el primer ministro australiano, Kevin Rudd, durante una visita a la región afectada. "La nación sufre con Victoria", añadió.
El Gobierno ha puesto al Ejército en alerta y ha establecido un fondo de ayuda de emergencia, pero también se enfrenta a la presión de parlamentarios ecologistas, que han instado a que las políticas de cambio climático sean más duras para reducir el riesgo de más desastres en verano.
Los incendios forestales son habituales todos los años en Australia, pero esta vez, una combinación de clima abrasador, sequía y arbustos resecos han creado las condiciones exactas para que las llamas arrecien y también han aumentado la presión sobre la política de cambio climático del Gobierno.
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