Este artículo se publicó hace 15 años.
Perder la Super Bowl puede causar más que pena
Los aficionados apasionados del fútbol americano tienen que tener cuidado: ver a su equipo perder en la Super Bowl podría ser perjudicial para su salud.
Los investigadores vieron que la tasa de muerte en general y los problemas circulatorios en Los Ángeles aumentaron significativamente después de una aplastante derrota de los Rams en el Super Bowl de 1980.
los Raiders- triunfó en el campeonato nacional.
"La tensión (estrés) emocional de la pérdida y/o la intensidad de un encuentro con un importante nivel de rivalidad como la Super Bowl puede disparar muertes y problemas cardiovasculares", dijo el doctor Robert Kloner, profesor de medicina de la Universidad del Sur de California.
El médico presentó el estudio en la reunión científica del colegio americano de cardiología en Orlando.
"En contraste, una victoria en un juego de menor intensidad puede realmente tener un efecto favorable sobre la mortalidad", agregó.
Kloner dijo que los aficionados que se entusiasman durante eventos deportivos y tienen factores de riesgo de enfermedad cardíaca deben consultar a su médico antes de un gran partido. Medicinas como los beta-bloqueantes, la aspirina o los ansiolíticos ayudan, como los ejercicios de relajación, como por ejemplo respirar profundo, explicó.
"No estoy sugiriendo que la gente no vea la Super Bowl", dijo Kloner. Pero "debe ser consciente de esto y sospecho que se podría aplicar a otros deportes también", añadió.
Los investigadores del estudio estaban preocupados por identificar los factores de riesgo que pueden llevar a una muerte cardíaca.
Un reciente estudio alemán concluyó que ver un partido estresante del Mundial de fútbol llevó a un aumento de episodios de problemas cardiovasculares en los aficionados del equipo perdedor y los investigadores estadounidenses quieren ver si se producirían resultados similares con un evento deportivo local.
Los especialistas analizaron laa causas de muerte en el condado de Los Ángeles el día del partido y de las siguientes dos semanas tras el juego, y compararon los fallecimientos con los ocurridos en períodos similares en enero y febrero de 1980 a 1983 y desde 1984 a 1988.
Los investigadores hallaron un aumento del 22 por ciento de las muertes por razones circulatorias y un incremento del 17 por ciento de los fallecimientos en general en el año que se perdió la Super Bowl.
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