Este artículo se publicó hace 14 años.
Pérez-Reverte dice que "todos somos cómplices de los canallas que nos manipulan"
Desde hace 17 años, Arturo Pérez-Reverte mantiene una cita con los lectores en esos artículos que publica cada domingo y que reflejan su "visión del mundo". En ellos critica con frecuencia a los políticos de turno, pero también a los ciudadanos que actúan como "cómplices pasivos" y "no reaccionan ante nada".
"Todos somos cómplices de los canallas que nos manipulan y lo somos por incultura, por comodidad y por esa falta de reacción", afirma Pérez-Reverte en una entrevista con Efe en la que habla de su nuevo libro de artículos, "Cuando éramos honrados mercenarios", que reúne los publicados de 2005 a 2009 en la revista "XLSemanal".
Ese encuentro fue el mismo en el que el escritor desgranó las claves de su próxima novela, "El asedio", que Alfaguara publicará el 3 de marzo y de la que ya informó Efe el pasado 30 de diciembre. Un libro, decía Pérez Reverte, en el que ha volcado todo lo que ha aprendido hasta ahora y que es "el botín final" de sus veinte años de escritor.
Su labor como articulista ha sido recogida por Alfaguara en los libros "Patente de corso", "Con ánimo de ofender", "No me cogeréis vivo" y, ahora, en "Cuando éramos honrados mercenarios", títulos, comenta su autor, que "son muy significativos" y que "resumen perfectamente el espíritu" que los ilumina.
"Es mi visión del mundo. Cualquier lector de mis novelas, al leer estos artículos, comprende de dónde viene el material con el que las nutro", asegura Pérez-Reverte, autor de una extensa obra narrativa jalonada de éxitos y traducida a 35 idiomas.
En esa cita semanal, el autor de "El club Dumas", "La tabla de Flandes" o "La Reina del Sur" ha ido creando "un personaje" que cultiva y que mima, y que le permite "decir atrocidades" que en su vida normal no dice ni "tendría por qué".
"El Arturo Pérez-Reverte gruñón, que critica a todo el mundo, es un personaje. Yo no soy así", deja claro el escritor, que se toma sus artículos como "un desahogo semanal. Es como la válvula por la cual una caldera deja escapar la presión excesiva que le sobra".
Como dice José Luis Martín Nogales en el prólogo de "Cuando éramos honrados mercenarios", los artículos de este libro "se han publicado durante un tiempo que ha pasado de la euforia económica al derrumbe" y en el que "la fiebre inversora" con que empezó el siglo XXI "derivaría pronto en una de las crisis más profundas de la historia reciente".
Una crisis, por cierto, que Pérez-Reverte ya vio venir en su artículo "Los amos del mundo", que en 2008 circuló por la red y en el que el escritor arremetía contra aquellos que se pasan el día hablando de "fondos de alto riesgo, de acuerdos multilaterales de inversión y de neoliberalismo económico salvaje". "Usted no sabe qué cara tienen, pero son ellos quienes lo van a mandar al paro", advertía.
Lo curioso es que ese artículo es de 1998. Diez años después todo sucedió como auguraba el escritor en aquel texto.
"Mi reflexión es la siguiente: si yo, que soy un individuo normal, de infantería, me daba cuenta perfectamente de lo que iba a suceder en la política y en la economía, cómo estos sinvergüenzas de financieros y políticos dicen ahora que les ha pillado por sorpresa. Tendrían que haberlo visto", afirma Pérez-Reverte en su entrevista con Efe.
Pero "les importaba un carajo", asegura el escritor. "Lo que sucede es que, aquí, todo el mundo, sin distinción de colores, hace negocios y gobierna pensando en el año que viene o en los siguientes seis meses, y a nadie le preocupan las cosas a largo plazo", añade.
El novelista también recuerda "continuamente" en su cita semanal que "los culpables" de esa situación "somos nosotros". "Lo que más sale en los artículos es este país acrítico, analfabeto, sin capacidad de reaccionar ante nada".
"Desde hace muchísimas generaciones somos cómplices de los canallas que nos manipulan. Cosas por las que la gente normal estaría poniendo barricadas en la calle, asaltando palacios y ministerios, aquí en España la gente las asume y a los dos días ya se ha olvidado porque se va de puente", dice con su habitual contundencia.
A Pérez-Reverte le sobran historias que contar y, como no sabe cuánto tiempo le queda como escritor, se ve obligado a elegir bien cada una de sus novelas futuras para "disparar y no malgastar pólvora en salvas".
De momento, cuando se publique "El asedio", se meterá de lleno en la nueva entrega del capitán Alatriste, "El puente de los asesinos", y luego ya verá qué proyecto de los muchos que baraja se convierte en novela.
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