Este artículo se publicó hace 15 años.
Un periodista mantiene que "Barcelona continúa siendo la tercera patria del tango"
Más que una nostalgia del siglo pasado, la cultura tanguera persiste en Barcelona con una vitalidad que difícilmente se encuentra en Europa fuera de París, y que mantiene a la Ciudad Condal como "la tercera patria del tango", según defiende el periodista Xavier Febrés en declaraciones a EFE.
El escritor rescata para la actualidad la denominación que le diera a la capital catalana el poeta y compositor argentino Enrique Cadícamo, autor de algunas piezas interpretadas por Gardel que hoy son consideradas clásicos del género.
"Barcelona es actualmente una de las pocas ciudades de Europa donde se celebran milongas de tango todos los días de la semana. También se convocan de forma fija en Sabadell, Terrassa, Tarragona y Reus", escribe Febrés en su "Diccionario del tango en Cataluña".
El libro ha sido editado por Casa América Cataluña a través de su sello editorial KM13.774.
Febrés incluye en el texto incontables referencias a figuras que contribuyeron a enraizar el tango en Barcelona, como el propio Cadícamo, el compositor Joan Viladomat o actualmente los cantantes flamencos Mayte Martín y Miguel Poveda quienes también cultivan el género.
Explica también términos como la "milonga" o el "boliche", reproduce letras de temas y menciona algunos de los espacios más conocidos de la movida del tango en Cataluña.
Se trata de la quinta publicación que el periodista dedica a su pasión musical, y lo hace con la intención de poner de manifiesto la actualidad del tango dentro de la dinámica social y cultural de Cataluña.
Después el eje rioplatense sobre el que se balancea el tango a medio camino entre Uruguay y Argentina, y con una proyección mucho menor que la de las afamadas sesiones de baile parisinas, los amantes del tango en Barcelona hacen que por las calles de la ciudad circule siempre un aire milonguero, ha explicado el autor.
El tango se instaló en Barcelona primero como importación de la moda que impuso París a principios del siglo XX, explica Febrés, de manera que cuando Carlos Gardel se presentó en la ciudad en 1925 esa música llevaba al menos diez años causando furor en la ciudad.
En Cataluña hay tango bailado, pero poco tango cantado a una escala de grandes eventos, ha comentado Febrés, quien ha observado que parece haber una falta de confianza local en la calidad de las composiciones e interpretaciones hechas desde Barcelona.
Sin embargo, el autor considera que "la constelación de pequeños conciertos es lo que eleva a Barcelona a un nivel de actividad tanguera muy por encima de la media de otras ciudades europeas".
Ese carácter marginal del tango en Cataluña, que hace de él una práctica "de la calle", una pasión que se siente y se vive en pequeños locales, pero también de manera casi clandestina en las trastiendas de los bares, mantiene viva la esencia original de uno de los géneros musicales más apreciados del mundo, ha dicho Xavier Febrés.
Febrés asegura que "la gracia del tango" es su capacidad para dar saltos generacionales, para transformarse y actualizarse sin perder su esencia, como han puesto de manifiesto los parisinos de Gotan Project, autores de una exitosa fusión entre el tango y la música electrónica.
El escritor aplaude, especialmente, el poder de estímulo que genera ese tipo de exploraciones musicales, y asegura que también en Barcelona existen artistas y proyectos que podrían alcanzar "la misma trascendencia", pero que reciben poco apoyo de la sociedad.
El periodista confía en la perseverancia de los jóvenes músicos que se instalaron en Barcelona hace una década huyendo del "corralito", a quienes ve, junto con los cultivadores locales del género, capaces de elevar al tango a una categoría más pública que seduzca a la sociedad catalana.
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