El embajador de Brasil ante la Organización de Estados Americanos (OEA), Ruy Casaes, se ha mostrado pesimista sobre las perspectivas del diálogo entre el Gobierno golpista de Honduras y el depuesto presidente Manuel Zelaya, al afirmar que el progreso es 'difícil o imposible'.

'Hoy no es un día de celebración de la democracia' en el continente porque persiste la crisis en Honduras, señaló Casaes en una sesión del Consejo Permanente de la organización panamericana.

El diplomático brasileño formó parte de la misión de cancilleres y representantes de 12 países del continente americano, de España y de Naciones Unidas, que viajó a Tegucigalpa para promover el diálogo entre las partes y que tuvo que regresar sin haber logrado avances que llevaran a la firma de un acuerdo.

No obstante, aseguró que 'mantenemos la esperanza' de que el Gobierno golpista encabezado por Roberto Micheletti y el depuesto presidente Zelaya lleguen finalmente a un acuerdo que resuelva la crisis política en ese país centroamericano.

La misión, encabezada por el secretario general de la OEA, José Miguel Insulza, se reunió el miércoles con Micheletti en la Casa Presidencial y con Zelaya en la embajada de Brasil, donde permanece desde el 21 de septiembre tras volver por sorpresa al país del que fue expulsado por militares el 28 de junio.

Micheletti insistió en que abandonará el poder si Manuel Zelaya también se aparta. También indicó que las elecciones generales del 29 de noviembre próximo no se van a detener, salvo que 'manden un ataque o que nos invadan'.

Zelaya afirmó que 'la comunidad internacional debe actuar con firmeza porque Micheletti quiere quedarse más tiempo en el poder'.Agregó que 'hay malos augurios' porque, en su opinión, 'no hay voluntad de este régimen, que quiere hacer elecciones a sangre y fuego, al estilo de Afganistán'.